El pasado miércoles 23 de febrero se celebró en una de las salas de prensa del madrileño WiZink Center la rueda de prensa con la que el grupo gallego Siniestro Total anunciaba su despedida de los escenarios. “40 años sin pisar la Audiencia Nacional” es el imaginativo título de lo que oficialmente se apunta como “El último concierto”, una muestra más del sentido del humor que siempre ha caracterizado a la formación viguesa. Por la audiencia sí pasó César Strawberry, uno de sus hermanos de sangre, pero con la inteligencia y «cintura» de los Siniestro no se ha atrevido ningún juez, cosa que celebramos dichosamente.

El acto fue presentado por los músicos y periodistas Kike Babas y Kike Turrón, quienes leyeron un panegírico en homenaje al legado de los vigueses, cuya trayectoria resumieron introduciendo en su texto los títulos más emblemáticos de sus canciones. Los Kikes presentaron a dos de los componentes señeros de ST, el cantante Julián Hernández y el guitarrista Javier Soto, a quien acompañaba Miguel Costas, el segundo vocalista de Siniestro tras la etapa con Germán Coppini.

El viernes 6 de mayo es la fecha elegida para un concierto en el que no habrá más invitado que el propio Costas, y cuyo repertorio duplicará el número de canciones que The Rolling Stones interpreta en vivo, según comentó jocosamente Julián. Para estupefacción de los músicos, sus compadres madrileños de Los Enemigos les sorprendieron con su presencia en el evento y con una placa conmemorativa que rezaba del siguiente modo: “Por sus 40 años de irrepetible trayectoria. Por su extensa y excelsa discografía. Por sus innumerables conciertos en España, América y otros países de Europa”. Entre los presentes en la comparecencia también estuvieron el director de cine Juan Vicente Córdoba y el ya retirado locutor Jesús Ordovás, quien en su día dedicara a Siniestro Total uno de sus libros.

Tras asistir en los últimos años a las falsas o relativas despedidas de Miguel Ríos, Tequila, La Polla Records, Barón Rojo o Extremoduro, la duda obligada era la referida a la veracidad y extensión del concepto “despedida”. La respuesta de Julián Hernández pareció sincera respecto a la nula posibilidad de volver a tocar en directo, pero con la boca pequeña dejó la puerta abierta a nuevas grabaciones de exclusiva difusión discográfica.

Ese mismo día el presidente de la Xunta Alberto Núñez Feijoó había llegado a Madrid para tomar el mando del principal partido de la oposición. Y como autores de ese himno gallego oficioso que es ‘Miña terra galega’, nadie como ellos para opinar sobre tan insigne paisano. Julián recordó que la cuota regional de poder ya la habían cubierto de sobra con la coincidencia de tres presidentes: el del gobierno, el de la SGAE… y el de la Conferencia Episcopal. Y es que no hay cuestión que Julián Hernández no sepa contestar con ingenio y una enorme capacidad de improvisación. Nuestra bola de cristal nos lo acaba de mostrar escribiendo libros de humor o de monologuista sin competencia.

Leo Cebrián Sanz