La veterana banda madrileña de Punk-Rock Trastienda RC ha editado hace escasas fechas su nuevo disco -el cuarto ya-, con el título de «Nuevas historias» (Rock Estatal Records). Han pasado ya diez años desde la edición del anterior, pero las ocho canciones del CD son cualquier cosa menos un relleno y justifican de pleno la escucha o compra de un disco que nos ha sorprendido por su frescura e inmediatez.

Su primer tema es un single absoluto, «Esta noche», una pieza digna del mejor repertorio de cualquier de sus referentes musicales (Porretas, Boikot, Reincidentes, La Polla, Segismundo Toxicómano…) y se acompaña de «Cosas raras», otro aldabonazo de buenos y melódicos guitarrazos, que corren rápido sobre una letra insurgente y positiva, a un tiempo rebelde y festiva. «Aprendiendo de los maestros» ya formaba parte de su cancionero, pero esta vez ha sido regrabada con la participación de Ziku, de Envidia Kotxina, y Pajarillo, de la formación más popular del barrio capitalino de Hortaleza.

El acierto de este nuevo capítulo en la historia de Trastienda RC es presentar una producción en la que no sobra ni un minuto. Un disco corto, pero que se hace corto… ya me entienden. Su senda se suma a la de los precedentes «Quién no…» (1999), «Despertar» (2004) y «Revolución» (2006), que en su momento sembraron la semilla de lo que ahora escuchamos, una furiosa pero contagiosa demostración de que la lucha personal y política se puede cantar y bailar con la satisfacción de la batalla en compañía. Y si el pulso de la militancia de la «Clase obrera» es acelerado, pues casi que mejor.

trastienda

Trastienda RC es desde 1995 lo contrario del aburrimiento y la impostura. Muy al contrario, el cuarteto hace todo un derroche de solvencia musical e ideológica -aunque las voces de «La luna» son mejorables-. Por supuesto, los músicos se mueven dentro de unos parámetros o limitaciones que parecen asumidas como naturales, y que administran con sabia mesura. Con estas armas podría ser por ejemplo el típico grupo que toca en el Viñarock al solecito primaveral de las cinco de la tarde, consiguiendo levantar al público y preparándole para la noche de juerga -este tipo de cosas las hacía muy bien Benito Kamelas-.

En palabras de los protagonistas, se trata de su «mejor disco, por la ilusión con la que se han hecho cada uno de los temas, la fuerza musical y nuestra propia experiencia».

Leo Cebrián Sanz