Yeos ha estado en la Ciudad de México y otras localidades del centro del país en unos frenéticos días de promoción de su segundo disco, “Sobreviviré”, y presentaciones en directo. El lugar elegido para el concierto en la misma capital fue Hobos, una pequeña y acogedora sala en la que te tratan muy bien. Está situada en la Plaza de San Jacinto (San Ángel), una de tantas como tiene CdMx, bellas y escondidas hasta el punto de que crees haber escapado de la gran urbe, así sigas en el mismo centro.

En este entorno de casonas, alguna del siglo XVIII, con aroma colonial, los de Tijuana desgranaron un repertorio que empezó con “No llores más”, tema que abría el primer CD –“Azteca’s revenge”- y “Sobreviviré”, la que da título al reciente LP. Inmediatamente nos dimos cuenta de la empatía que Brenda Santacruz, la nueva cantante, consigue con el público. Simpática, dicharachera, animando a brindar continuamente… e incluso cantó un trozo de “Las mañanitas” a algún cumpleañero. Y claro está, cumpliendo muy bien con su labor vocal a pesar de confesar que la altura de esta ciudad, más de dos mil metros, le estaba afectando mucho. Con “Wiki me” descubrimos que el nuevo disco se ha abierto estilísticamente comparándolo a “Azteca’s…” y que lo que era un Metal Sinfónico más puro, con voces operísticas siempre, ahora abarca otros terrenos y, por supuesto, da la libertad a Brenda de cantarnos en diferentes tesituras y tonos.

Yeos avanzó con “Sigue fuerte”, “Humano imperial” (el tema y videoclip que los dio a conocer), “Seguiré mi camino” y una sorpresa: una versión de “Hijo de la luna” de Mecano. Luego, Salvador Yeo -guitarrista- nos confesó que desconocía la existencia de la adaptación de Stravaganzza cuando empezaron a ensayarla, no así Brenda, que fue la que se lo hizo notar. La canción, con voz femenina y otra manera de entenderla, toma dimensiones diferentes a la original y la versión mencionada. El concierto continuó con piezas nuevas como “Miedo”, “Unidos es mejor”, “Oscuro gris”, “Princesa” o “Irreal” intercaladas con otras del disco de estreno como “Guerrera” y “Gracias a ti”.

El concierto se nos pasó volando, buena señal, mientras disfrutamos en cada tema con las virguerías, la velocidad y el buen hacer a la guitarra del fundador del grupo, Salvador Yeo. Todo un placer también ver la excelente técnica que muestran los hombres de las bases: Manolo Becerra con su bajo de seis cuerdas y Deeunir García aporreando como una bestia la batería. Este último también se encargó de dar vida desde la computadora a algunas introducciones y otros detallitos que traían grabados. En general, la banda suena como un cañón y vaticinamos que no sufrirá complejo alguno cuando compartan escenario en festivales con grandes nombres.

Como era de esperar, el público pidió un par de bises; una audiencia que recogía también a admiradores de la banda con que se dio a conocer Salvador, Cruz De Fuego, allá por los noventa, e incluso -que somos muy observadores- algunos que pasaban por allí, quedaron asombrados por lo que escuchaban desde la calle y no dudaron en entrar y descubrir a un gran grupo del que hasta compraron el CD en ese momento. Señoras y señores: México tiene un grupo exportable a cualquier país del mundo y del que sentirse orgullosos.

Jon Marin