Sigue pujante el combativo sonido surgido tras el eslabón perdido del 15M y los movimientos sociales resucitados en las acampadas de la Puerta del Sol madrileña. Las formaciones multitudinarias con sección de vientos se reproducen por doquier, comenzando a saturar el mercado de cierto tipo de sonido que en su día fue todo un impacto por su frescura en concepto y resolución. Lo que no se puede dudar, desde luego, es que arrasan por donde pasan y gustan a pequeños, medianos y mayores. Máximo respeto pues para la fórmula.

Los alicantinos Alademoska juegan en esta reñida división de honor, donde sus maestros Boikot, Reincidentes y Ska observan desde la grada las evoluciones de las juventudes musicales del club.  La alineación del equipo «Moska» es la siguiente: Tito Escobar (guitarra y voz), Miguel Ángel Abellán (guitarra), Abel Calatayud (bajo y coros), Franches Gallardo (saxo), Juanjo Clemor (trompeta), Juan Antonio «Juanan» García (trombón) y Emmanuel «Emma» Rodríguez (técnico y DJ).

En el palco de autoridades han invitado a un refuerzo de compañeros músicos en varias de las canciones de este «Revolución»: Adrià, de La Pegatina, cantando en catalán en «A lo hecho techo»; La Canija, de D’Callaos, y la guitarra de José Antonio Rodríguez en «Ni una más»; el piano de Diego Marín, de Hotel Cochambre, en «Despierta»; la trompeta de Robe y la voz de Juanmi, de Trashtucada, en «Pide perdón», y Juankar, de Boikot, y Viri, de Maniática, en «Seguiremos resistiendo». Desde los fondos antifascistas del estadio animan los seguidores de la banda, los «Moskardones».

La fiesta y el combate presiden esta sesión de festivo Ska-Punk, con las habituales temáticas sociales del ramo y alguna cierta novedad en las denuncias…, que siempre se agradece. Demos gracias a las políticas (presuntamente) corruptas y represivas del Partido Popular en la Comunidad Valenciana porque ellas son las responsables de esta explosión de formaciones de Rocktizaje a cual más efectiva. Alademoska llevan más de diez años dando guerra desde la ciudad rebelde de Villena, al calor de sus paisanos Banda Jachís, Fuckop Family y Maniática.

Tras una maqueta en 2009, el primer disco de Alademoska llegó dos años después bajo el nombre de «Caminito Al Bar».  En 2014 fue el turno de «Mala Conciencia» y hace unos meses se editó este tercer aldabonazo en las conciencias. A la hora de poguear y bailar «suelto», la cuadrilla sigue patrones tan contagiosos como los del Reagge o tan energéticos y desfogantes como los del Rock y el Metal cuando se endurecen y aceleran.

Leo Cebrián Sanz