ALBERTUCHO, por Jon Marin

Hace dos años tuve el placer de ser el primer periodista (o llámalo como quieras) que entrevistaba a ALBERTUCHO -así me lo confesó él- cuando se estrenó con “Que se callen los profetas”. Llega su segundo disco: “LUNAS DE MALA LENGUA”.

 

¿En qué han cambiado ‘el’ Albertucho que entrevisté entonces al de hoy?

Han pasado dos años y en este tiempo se aprenden muchas cosas, los puntos de vista y tienes un poquito más claras las cosas que dices. En definitiva, he vivido dos años más.

 

¿Qué hay en común entre este disco y el primero?, ¿alguna gran diferencia que destacar?

En común tienen que las canciones nacen del sentimiento de una persona, y que esa persona soy yo. Que han grabado los mismos músicos que el disco pasado, que son los que me acompañan en los conciertos, es decir, mi banda. Y que el disco se ha grabado en Madrid, igual que el anterior.

Diferencias que destacar… muchas: Básicamente, que la producción del anterior no llegó a plasmar el aire del sur, que es de donde yo vengo, que está muy presente en mis canciones. Mi referencia musical en estos dos años ha pasado del Rock más crudo a los grupos que he escuchado en mi casa desde que era niño, siempre teniendo el Rock muy presente pero con un sonido más del sur. José Luis Garrido, el productor, ha encontrado el sonido real de mis canciones, porque cuando las canciones las escribes están desnudas y hay que encontrar la persona que sepa vestirlas. Y él lo ha sabido hacer. En este disco repite colaboración Kutxi de Marea, que canta conmigo en el tema «Piltrafilla». Está colaboración ha sido fruto de la amistad y la admiración. Miguel de Dr. Sapo se hizo unos coros, aprovechando su tonalidad de voz, que me gusta mucho, en «Ni el mismo Dios».

 

¿Has elegido tú el título del disco?, ¿quiénes son las lunas de mala lengua?

Claro, lo he elegido yo. La noche siempre ha sido refugio de rebeldes y malhablados. La luna representa el valorar los detalles cotidianos: tu barrio, tu gente.

 

Háblame de algunos temas: «Volví a la barra» (el single), «Que se callen los profetas» (que dio título al debut y no se incluyó entonces) y la versión de «Volando voy» (de Kiko Veneno).

«Volví a la barra» es un tema que reivindica el no estar de más en la vida con uno mismo. Puedes estar de más para la gente: para una mujer que no te quiera, para tu jefe o en cualquier circunstancia, pero no puedes estar de más para ti. Hay que exprimir al máximo lo bonito de los momentos, hasta en los tiempos más ‘sufríos’. Esta canción es una rumba vista desde un punto de vista muy rockero, con una batería muy cañera y con muchas guitarras eléctricas. «Que se callen los profetas» me gusta mucho porque habla de que éste es un mundo lleno de infelices e ignorantes que les gusta el Reggaeton. Es un canto a la inquietud que tanta falta hace. En realidad la hice al poco de acabar de grabar el primer disco, por eso sólo me dio tiempo a poner su nombre como título. «Volando voy» es una versión que me ofreció grabar la compañía de discos para la película de la vida del “Pera”, que se titula como la canción, y me hizo mucha ilusión porque escucho a Kiko Veneno desde que tenía siete u ocho años.

 

Llegaste a decirme en su momento que te interesaban más las historias que cuentas, escribir, que la música. ¿Sigue siendo así?

No, en este disco me he preocupado mucho más de arropar la letra de la canción con la música que necesita o pide para conseguir que la canción sea completa; que resulte especial, vamos.

 

Albertucho: Un sevillano del Sevilla F.C. al que, de Heavy, le gustan los Maiden y que lo primero que pide para su ‘catering’ es güisqui.  

 

 

GRUPO: Albertucho / DISCO: Lunas de mala lengua / COMPAÑÍA: DRO

CRITICA: Leonardo Cebrián Sanz

Albertucho se está haciendo mayor. Han pasado sólo dos años desde su debut, pero el sevillano ha madurado rápido. Las canciones suenan más elaboradas y complejas que antaño. Lo ha dirigido José Luis Garrido (Elbicho, Ketama) y para mi gusto los arreglos y la producción están demasiado cuidados. Sabedor de que las canciones son lo único que de verdad cuenta, Albertucho ha grabado 15 originales y una versión de “Volando Voy”, de Kiko Veneno. Hay singles clarísimos como “La persiana” o “No existe viento” y muchas canciones preciosas con letras cada vez más intrincadas. Huele mucho y lindo a esa mezcla tan atractiva de Pop, Rock, Flamenco y Folk apasionado. Ojalá Alberto tire por ahí y desoiga los ‘cantos de sirena’ de quienes le querrían ver convertido en un Antonio Orozco de luengas barbas.