Imagen de portada: Cardiac / Quelonio / Rata Blanca.


CARDIAC – La eterna juventud (Putos Records)

Caña burra de Ginebra, en castellano y con mucha garra. Así podría publicitarse a esta curiosa banda de Suiza, compuesta por el vocalista de Beholder, Ricardo Diges, con una extraña pulsión cosmopolita, pues en la banda se dan cita el chileno Nacho “Machete” Millapani al bajo, más los colegas francófonos Julian Emery a la guitarra y Michel Maurer a la batería. Bajo ese prisma “very open mind” construyen un Metal ecléctico y vanguardista, donde crujen las guitarras y las voces escupen lava, pero del mismo modo también hay espacio para el triple mortal electroacústico en ‘Dispuesto a saltar’, una especie de canto melancólico cercano a Huecco, o ‘De fiesta con Pulp68’, una tonada que recuerda a los mexicanos Molotov, sin tanta mala sangre.

‘La eterna juventud’ es un cóctel explosivo donde hay cabida para el Funk y el Rap: ‘Vuelo por el cielo con la bicicleta’, para la contestación social: ‘Tierra trágame’, ‘Latinos unidos’, y para la bronca pandillera y pendeja, ‘El sindicato del crimen’. Si no tienes complejos y estás dispuesto a abrirte de orejas, seguro que este disco te gustará, un plástico que se mueve a medio camino del John Frusciante más volado y los Slayer más abrasivos.

Fran Llorente

PORCO BRAVO – Show! (Another Freak Production!!)

Mucho cerdo de Barakaldo veo yo por aquí. Nos gusta que en los últimos años proliferen los grupos de Rock garajero de limpia producción, sucia actitud y siempre bienvenidas letras en castellano. En este caso el quinto elemento es el teclado. Este tipo de bandas nos hacen añorar un festival masivo dedicado a los sonidos ásperos, cual fue el Serie Z del polémico Juan José Cacheda. Porque digo yo que si Maggot Brain han conseguido acceder a la primera división del Azkena, otros como Porco también podrían.

Leonardo Cebrián Sanz

QUELONIO – Vicio y virtud (Independiente)

Los valencianos Quelonio editan su nuevo álbum, siete años después de su disco de debut. Siete años que han supuesto un cambio de estilo, incorporaciones nuevas y el paso de una voz de hombre a otra de mujer. Quelonio practica un Rock duro bastante potente, con predominio de guitarras y un buen fondo de doble bombo en la batería, que se conjugan con una voz profunda y agradable de la vocalista. El sonido resultante recuerda a bandas como Helloween o Hammerfall, pero sin caer en la simple imitación, dando lugar a un sonido propio y con sello de autoridad, algo de agradecer puesto que hoy en día abundan muchas bandas sin esta cualidad.

La voz de la cantante, Teresa, destaca por su fuerza y su buen timbre; en la canciones lentas como ‘Susurrando al viento’ muestra un tono muy intimista, mientras que en temas con más fuerza, como en ‘Buscando una luz’, en el final de ‘V’ o en ‘Por la espalda’, luce toda la potencia de su voz recordando a grandes vocalistas como Agnes de Lilith (salvando las diferencias estilísticas, claro) o la misma Doro (en sus buenos tiempos).

Las guitarras suenan con fuerza y potencia destacando solos de gran calidad como el de ‘El grito de la realidad’ y el de la canción ‘Ave Fénix’. Se nota la calidad de una buena producción en el disco, algo indispensable para las bandas que intenta despegar y hacerse un hueco en este mundillo.

En conclusión, Quelonio con ‘Vicio y virtud’ demuestran energía y un buen nivel técnico. Muy recomendable para todos aquellos que les guste el Metal en castellano.

Ricardo Bayón

RATA BLANCA – El reino olvidado (Kreamúsica)

Walter Giardino, Adrián Barilari y compañía vuelven a la carga con un disco de puro Rock, sin aditivos ni conservantes, Rock con mayúsculas, súper cuidado y elegante a cargo de unos clásicos en la materia, que vienen a perfumarnos con las mejores esencias que ya destilaron Rainbow allá por los ochenta.

Como los desheredados que tienen que reconquistar su reino, con esa rabia entre dientes ante la mediocridad reinante que a todos nos consume, el quinteto argentino tira de escuela y pone los puntos sobre las íes, gracias a composiciones tan punteras y necesarias como ‘El reino olvidado’, ‘71-06 (endorfina)’, ‘El círculo de fuego’, ‘Diario de una sombra’, ‘El guardián de la luz’…

Vitaminas para nuestro cerebro son estas líneas melódicas de guitarra y teclado, y estas frases musicales tan bien hilvanadas. Como ya hicieran Blackmore y compañía en tonadas exquisitas como ‘Stone cold’ o ‘Street of dreams’, aquí encontramos las respuestas homónimas y su tradición simultánea en perlas como ‘Talismán’ y ‘Un día más, un día menos’, o el precioso instrumental ‘Madre Tierra’ (a la altura de los mejores Y&T).

Si te gusta el Rock clásico, este disco te atrapará. ‘Si eres hijo del Rock’, no podrás parar de escucharlo. ‘El reino olvidado’, como los grandes álbumes de antaño, nace con vocación de perdurar en el tiempo, frente a modas caprichosas y gilipolleces varias.

Fran Llorente