Imágenes de portada: Excursión Aúpa Lumbreiras (Cihuatl Zúñiga) / Gárgolas -Festival Espiga Rock- (Ricardo Bayón y Virginia Sánchez)
SAUZE
LUGAR: Caracol
CIUDAD: Madrid
FECHA: 12 de septiembre de 2009
Magnífica actuación de Sauze. A pesar de la poca gente allí presente, supieron sacar lo mejor de ellos mientras descargaban temas de sus, hasta ahora, dos discos. La noche comenzó con ‘Si hoy brilla el sol’, sonó ‘Todo tiene sentido’ y ‘Explícate’ fue una de las que destacaron junto a ‘Marioneta’ y ‘Lágrimas’, sin olvidar la balada ‘Se te olvidó’, ‘Tanto por hacer’ y los bises: ‘Tiempo al tiempo’, con el que la gente botó y bailó, y ‘Mi estado original’. Éramos pocos pero armamos mucho jaleo. El sonido fue bueno y el público disfrutó con la música de estos cinco caballeros del norte.
David Casero
TRUCO O TRATO
LUGAR: FNAC Las Gavias
CIUDAD: Madrid
FECHA: 18 de septiembre de 2009
Sangre nueva para el Rock and Roll patrio, eso es lo que nos traen los jienenses Truco o Trato con su álbum de debut, Razones para odiarte. En esta ocasión nos ofrecieron una actuación gratuita en la que pudimos apreciar que a esta banda tampoco le faltan capacidades para el directo. A pesar de lo impasible que se mostró el público en un recinto no tan caliente como una sala donde el alcohol y el humo se mezclan, quedó patente que es una formación con ganas y medios para triunfar allá donde toquen. A destacar la coordinación entre los miembros, el excelente sonido, la puesta en escena y una voz tan potente como guapa es la cantante. Espero volver a ver en breve a Truco o Trato tocando en salas mejor preparadas y con un público más afín que el habitual de FNAC.
Ricardo Bayón
FESTIVAL AÚPA LUMBREIRAS
LUGAR: Recinto La Granja
CIUDAD: Tobarra (Albacete)
FECHA: 25 y 26 de septiembre de 2009
Este año el cartel del Lumbreiras pintaba bien. El llamado “festival de la resistencia” hizo honor a su nombre, llevando a grupos de la talla de Lendakaris Muertos, Berri Txarrak o S.A. Dividido en dos días, hubo tres escenarios -dos grandes y uno pequeño-.
El festival empezaba movidito: A las tres de la tarde del viernes 25 descargaban Discípulos de Otilia, que tienen una fuerza arrolladora, y Puerta 104. Los catalanes dieron un concierto aceptable, a pesar del sonido no perfecto que mantuvo el escenario pequeño durante todo el evento. Y es que, situados a la misma altura los tres, y todos apuntando su sonido para el mismo lado, era una verdadera locura la mezcla de sonidos si no estabas justamente frente a unos u otro.
Por los escenarios “Aúpa Lumbreiras” y “Tobarra” (grandes) fueron desfilando grupos de la talla de The Kluba, con canciones ideales para bailar, o los italianos Talco. Mientras en el pequeño grupos como Surfacce o La Taberna de Moe demostraban que, a pesar de gozar de menos vatios, tienen mucha proyección encima de un escenario. Los vascos Berri Txarrak y El Último Ke Zierre demostraron que son resistentes, como el Metal y Punk que se marcaron. También Trashtucada y Kop. La sorpresa venía con un grupo que está despuntando en el panorama estatal: los catalanes Lilith, con su frontwoman Agnes a la cabeza, dieron uno de los mejores shows de todo el macroconcierto a pesar de lo hablado del sonido del escenario pequeño.
Desde Pucela, 6eiskafés hicieron lo que saben, hacer bailar a la gente con su Ska, e Iratxo y Sensa Yuma hicieron lo propio. Evaristo con sus Gatillazo demostró que siempre tendrá la misma fuerza, toque con quien toque. A las doce menos veinte de la noche comenzaron los primeros guiris del festival, The Damned hicieron un despliegue de potencia asombrando y haciendo las delicias de la inmensa mayoría. Los de Marras, Desera y Paralelo 69 cerraban la noche en el escenario minoritario mientras que en los grandes Def Con Dos hacían méritos para ser el bombazo del festival con su Metal Rap, y Porretas, como siempre, tocaron su Rock & Roll cervecero. El honor de cerrar la primera jornada correspondió a los sevillanos Narco; despliegue de furia de sus dos voces acusadoras y un estilo, como siempre, muy Hardcore.
El segundo día, sábado 26, fue igual o incluso mejor que el primero. Comenzó el cantautor Manolo Kabezabolo, esta vez con su Bolobanda, despertando de su tienda de campaña a los más rezagados. Guerrilla 77 y El Cuarto Verde dieron el pistoletazo de salida en el escenario pequeño. Envidia Kotxina y otros guiris, Broilers, también dieron la campanada. Habeas Corpus, una apisonadora encima del escenario, dejó paso a La Pulquería, Piperrak y Parabellum. Música punki para los punkis, todos triunfaban por tanto. Mientras, en el otro escenario dos grupos que están empezando habían dejado claro que están para quedarse: Sonora y Mal Abuso. Luego, Sujeto K y el grupo revelación Discordia, con ‘El filo de la lengua’, hicieron levantar los canticos del público del escenario pequeño. Luter sigue demostrando que tiene el mismo tirón que siempre. La Banda del Destierro, donde toca la guitarra nuestro compañero David Carabias, dejaron claro que «Madrid ya no huele a R’n’R'» pero que tienen cojones para reivindicarlo.
Boikot dio un conciertazo para no olvidar, igual que Segismundo Toxicómano, quienes dejaron el telón preparado para que en el escenario de al lado Los Suaves descargaran como ellos lo saben hacer, con Yosi susurrando sus canciones, pero dejando hacer el resto al público. Mala Reputación, La Gossa Sorda y Transfer (una de las bandas favoritas para estos redactores) siguieron dando caña en el mini-escenario. Luego otros dos bombazos en los grandes: los alemanes Die Toten Hosen -descarga brutal- y los sevillanos Reincidentes con lo mismo bueno de siempre. Konsumo Respeto o San Blas Posse dejaron claro que aún hay gente que prefiere lo pequeño, pero de calidad, a lo grande.
Soziedad Alkohólika esta vez no tuvo censura, una de las mejores descargas y con más público del festival, y allanaron el camino para El Noi del Sucre, que esta vez no quemó nada. Distorsión cerró el Aúpa en el escenario grande y Proyecto Jipi lo hizo en el pequeño, también dio un recital de los de aúpa.
Esto es lo que dio de sí el Aúpa Lumbreiras, uno de los mejores festivales del año. De hecho, diríamos que el mejor. Tobarra ya figura en el mapa, y figura gracias a la cantidad de culturas musicales que se dieron cita en esta localidad de Albacete. ¡Aúpa Lumbreiras! ¡Aúpa el festival de la resistencia!
Fran Molero y M.C. Serrano
FESTIVAL ESPIGA ROCK
LUGAR: Recinto Ferial
CIUDAD: Azuqueca de Henares (Guadalajara)
FECHA: 26 de septiembre de 2009
Buen festival con dos grupos de la localidad: Mad Drivers y Gárgolas, y tres veteranos -unos más que otros- de los escenarios patrios: Lujuria, Warcry y Asfalto.
Comenzaron rompiendo el hielo Mad Drivers con ritmos basados en el Rock de los setenta, recordando a nombres insignes como Rose Tattoo o Johnny Winter. Aunque el sonido no fue todo lo bueno que se esperaba, hay que decir en su defensa que lo dieron todo en el escenario y consiguiendo caldear el interior de la carpa (semidesierta, por otra parte) ofreciendo una buena primera actuación de este festival. Y es que siempre es difícil ser el primer grupo en tocar y más si no eres muy conocido. Ganarse al público puede ser complicado (aunque tocaban en casa) y más si éste es escaso. Los seguiré para ver cómo evolucionan.
Después de un descanso de aproximadamente diez minutos, aparecieron sobre las tablas Gárgolas. Tras una intro dieron paso a su Rock con raíces ochenteras pero con ganas y juventud. Aunque no me entusiasmaron especialmente, tuvieron el apoyo de parte del público asistente, quien les jaleaba en todas las canciones a pesar de que el sonido no les acompañaba, retumbando en la carpa y distorsionando tanto voz como guitarras. Una pena. No obstante, los chicos de Gárgolas se retiraron entre los vítores de sus allegados.
Una vez acabada la actuación de los grupos locales, la carpa se empezó a llenar de gente que tomaba posiciones para poder disfrutar de los tres cabezas de cartel. Tras una breve pausa, se dio paso a la actuación de Lujuria y su Heavy Metal cachondo, combativo y siempre fiel a sí mismo, todo un espectáculo en directo. A lo largo de la actuación, Óscar Sancho, líder y vocalista de la banda, demostró ser la piedra angular en la que se sustenta ésta, con un show potente y cargado de mala leche (sus dedicatorias, entre canción y canción, a nuestras autoridades estatales, eclesiásticas y al mundo de la moda musical no tuvieron precio).
No hay que olvidar, sin embargo, sus muestras de solidaridad y apoyo hacia las bandas noveles, pidiendo al público que se abra a nuevos grupos para mantener la sangre del Rock joven y fresca. Con esta premisa, mandó un saludo especial a Mad Drivers y a Gárgolas y dio paso a un dúo con Charly, cantante de Barbarroja, con el que interpretaron ‘Corazón de Heavy Metal’. En la actuación salieron a relucir joyas del grupo tales como ‘Licantrofilia’, ‘Joda a quien joda’ (dedicada a los que critican el mundo del Metal), ‘Sin parar de pecar’, ‘Goliardos’ o ‘Viejo rockero’. Además del show de Óscar, se pudo apreciar la capacidad y el sonido en directo del conjunto de la banda, la cual demostró su veteranía y capacidad de coordinación entre ellos. Una actuación realmente buena, a la altura.
Tras más de media hora de espera, Warcry irrumpió en directo con Metal épico pero melódico. Es una las bandas de Metal en castellano mejor valoradas y potentes del panorama actual y en este festival volvieron a demostrar su poder y dominio a los asistentes, que ya habían llenado la carpa, y también entusiasmaron a los que no pudieron o quisieron entrar pero sí escucharon desde el exterior. Abrieron con ‘Revolución’ y se dedicaron a deleitarnos con todos sus grandes temas, sabiamente escogidos y ofrecidos a un público entusiasmado con su sonido y potencia.
Canciones ya convertidas en clásicos por los fans de la banda: ‘El guardián de Troya’, ‘La vieja guardia’ (la muchedumbre coreografiaba la letra), ‘Alejandro’, ‘Nuevo mundo’, ‘Hoy gano yo’, etc.
Da igual qué canción tocara, que siempre encontraba coro en el público. Y es que las letras de Warcry desprenden una emotividad difícil de encontrar en otras bandas nacionales, que cala en el público, haciendo que te unas a la canción. Todo lo referente a la actuación, al ánimo, a la pasión de los Warcry en este festival, está de más. Tocaron de manera excelente, con riffs de guitarra potentes y bien trabajados que, junto con la voz también potente y clara de Víctor, hacían las delicias de todo aquel que hubiera acudido a esta cita con el Metal patrio. Aquel que se lo perdió siendo seguidor de la banda, ha perdido una actuación memorable y más que compensada por el precio de la entrada y del desplazamiento (como era nuestro caso). Warcry están en lo más alto de la escena metalera española y, en este festival, demostraron que permanecerán ahí durante mucho tiempo.
Por último, Asfalto, que fueron muy esperados debido a su retorno a los escenarios en los últimos meses tras un largo descanso. A pesar de la arrasadora actuación de Warcry y de que Asfalto no se puede encasillar dentro del género Heavy Metal, mucha gente aguardó y animó durante la actuación de la longeva banda, la cual no defraudó lo más mínimo cantando temas ya conocidos por nuestros padres en su juventud pero que se han mantenido en la memoria con el paso del tiempo.
La actuación de Castejón y compañía fue un reencuentro con una música y una época pasada, con un concepto de música hecha por autor y de sentimiento personal, alejada de la comercialidad feroz que nos abruma hoy en día. Las melancólicas y dulces letras de ‘Rocinante’, las imprescindibles ‘Días de escuela’, ‘Capitán Trueno’ o ‘Ser urbano’ resonaron en las paredes de la carpa del recinto ferial, llevándonos a un mundo de ensueño y enlazando a dos (¿o eran tres?) generaciones de roqueros en un mismo recinto. Agrada ver que, con grupos clásicos y nuevas generaciones, se mantiene la pasión por la música que les une.
En resumen, un festival memorable y una cita obligatoria para todos los amantes del buen Rock en castellano. La organización, así como el eficiente servicio en barra y de sonido, fueron impecables y merecen una felicitación aparte. Espero que el año que viene se celebre otro Espiga Rock, con tanto nivel y a tan buen precio como este.
Ricardo Bayón y Virginia Sánchez