El ingeniero de sonido, productor y músico Mike Exeter ha hablado recientemente sobre cómo se trabajó en el disco que volvió a reunir a Black Sabbath, “13”.

“13” significó, después de 35 años, ver a los miembros fundadores Ozzy Osbourne, Tony Iommi y Geezer Butler colaborando juntos durante 18 meses en las casas de Tony y Ozzy y en los estudios ‘Angelic’ de Northampton, Inglaterra, antes de que comenzaran las sesiones de grabación en el estudio ‘Shangri-La’ de Malibú (California) con el productor Rick Rubin.

Comenta Exeter: “Tony Iommi y yo teníamos una rutina de trabajo que consistía en hacer una selección de canciones empezando por un patrón de batería que se ajustase a algún riff de guitarra, luego le metíamos algo de bajo y, en algunos casos, le añadíamos algo de teclados o de orquestación. Luego llamamos a Ozzy -esto era por la Navidad de 2010- para que escuchara y eligiese, si bien sabíamos que la mitad de las cosas quizá no encajarían con él.”

A la pregunta de si Iommi compone pensando en un cantante concreto, Mike dice: “Él escribe para sí mismo y, como sabe que no es perfecto, no le importa cambiar un riff si la canción lo necesita. Hace años, cuando trabajé con ellos como Heaven And Hell, con Dio de cantante, esa fue la clase magistral de mi vida. La dinámica entre Iommi y Dio, concentrados e intentando adaptarse el uno al otro mutuamente, fue muy interesante. Siempre se preguntaban: ‘¿Te importa si cambio este acorde?, ¿esto te afectará?’ ‘No, no, lo puedo cantar así’, decía Ronnie. ‘Oye, se me ha ocurrido esto; ¿crees que fastidiará lo que está ya hecho?’ ‘No, no…’ Y así de encantador y tranquilo era el ambiente, con Geezer Butler siempre presente y opinando. Pues con ‘13’ sucedió lo mismo.”

Añade Exeter que el hecho de que pasaran dos años hasta tener acabado este último disco de Black Sabbath fue porque a medio camino le diagnosticaron cáncer a Iommi pero que, en caso contrario, les hubiera llevado menos de un año.

 

  • «13» fue ‘número 1’ tanto en EE. UU. como en Reino Unido. En su país natal Black Sabbath no había llegado hasta esta posisicón desde 1971.

El baterista Bill Ward fue el único miembro original que se quedó fuera del disco y la gira mundial. Más tarde afirmó que no participó en las sesiones de grabación y de gira debido a términos contractuales injustos, aunque los otros tres músicos insinuaron en diversas entrevistas que, en realidad, no estaba físicamente a la altura para hacer la labor.