Tuvimos la oportunidad de conocer en persona a dos de sus componentes en la pasada presentación del ciclo de conciertos Sesión Vermú, pero Bum Motion Club lleva desde nada menos que comienzos de 2017 poniendo todo su empeño en entregar música de calidad desde su localidad natal de Aranjuez, al sur de la Comunidad de Madrid. Comenzaron grabando dos temas en Folie Records (“Palo alto” y ‘Blonde is the new black’) y actuando en el circuito de pequeñas salas madrileñas, como El Perro de la Parte de Atrás del Coche o Wurlitzer Ballroom. No tardaron en hacer carretera y manta en Bilbao, Oviedo, Zaragoza y Barcelona, que es lo que toca en estos casos.

Su primer sencillo oficial fue ‘You’, adelanto de un EP titulado “Delta”, integrado por “cinco canciones puras, de corazón”. ‘April’ fue la composición destacada de este inicial repertorio público, que tuvieron la oportunidad de presentar en el terreno amigo del festival Ebrovisión de la burgalesa ciudad de Miranda de Ebro. Aquel 2019 fue bien la cosa en cuanto a directos (gira por Galicia de tres fechas y conciertos en Ponferrada -León-, Bilbao, Valencia, Murcia y ZGZ), pero un año después ya se sabe lo que ocurrió y apenas si pudieron dar salida a tres nuevos títulos de estudio: “El drama”, “Niebla” y “Los ojos”. Aquellas piezas conformaron un nuevo EP de cinco pistas que completaron las letras y músicas de “Ruina” y “44”. Lo bautizaron en el templo Indie del Maravillas de Malasaña y en la cercana Siroco, refrendando entre medias su romance con el ya citado Ebrovisión. También tocaron en la capital maña y en el festival Observatorio de la leonesa zona de El Bierzo.

Aquel genérico “Niebla” de 2021 con producción de Víctor Cabezuelo (Rufus T. Firefly) fue la transición natural hacia su actual momento, en el que destacan los tres lanzamientos individuales de “Casi un buen día”, “Deprisa, deprisa” y “Abismo”. Todos ellos forman parte de un disco largo de nueve canciones titulado “Claridad y laureles”. Han seguido subiéndose a los escenarios de la local Moby Dick y ya mismo inician gira por el territorio nacional.

Dicen hacer Dreamwave, una mezcla de Dreampop, Post-Rock y Shoegaze, reconociendo la influencia de Smashing Pumpkins y diríamos nosotros -así a lo loco- que también de Joy Division, The Cure, Talk Talk o incluso La Mode, Parálisis Permanente o ese Pop latinoamericano tipo Soda Stereo que tanto nos faltó en esa hipotética evolución natural que tendría que haber transitado desde la Movida hasta el Indie.

Leo Cebrián Sanz