Me enfrento a Garraspera con la única pista de su adscripción al Rock Castúo por su origen extremeño y lo que me encuentro es, efectivamente, una forma de hacer Rock Poético que ya ha desarrollado por derecho su propia denominación de origen geográfico. Son varios los artistas y grupos de la región que suenan distintos a sus homólogos de otras partes del país, así que la etiqueta no resulta en absoluto gratuita.

Garraspera es pues uno de los representantes de esta nueva canción de autor con espíritu de Rock agreste y letras que tienden a lo lírico, pero sin los excesos de ciertos solistas y grupos de las dos décadas precedentes que evitaremos mencionar -y que no necesariamente son de Cáceres y Badajoz-. La influencia del tronco común que crece en torno a Extremoduro/Robe, Marea, Fito y los Fitipaldis y los locales Sínkope no puede negarse bajo ningún concepto, pero la ausencia de una música de banda al uso convierte el EP en un producto híbrido de varios estilos o tendencias. La diferencia conceptual de su planteamiento te termina ganando, ya que no hay nada impostado ni forzado en esta caja de música tan íntima y personal.

Este EP de cinco temas titulado “Cara A” consta de las canciones “Cada paso que damos” -primer sencillo-, “La otra parte de mi yo”, “Almirez”, ‘Euskaraz’ y “Como humo sin rumbo”. Todas ellas rezuman pasión y sentimiento en su entregada interpretación, mientras una guitarra acústica acompaña los versos de este poeta y músico que responde al nombre de Juan Francisco Monroy.

“Almirez” está cantada en castúo, el dialecto de la comunidad autónoma que forma parte del acervo cultural de la zona, y ‘Euskaraz’ se expresa en euskera. Ambos números demuestran la valentía del vocalista y guitarrista en su afán por caminar sobre caminos artísticos no transitados o poco frecuentes, como son los del trabajo lingüístico tanto nativo como ajeno. En esta última composición colabora la voz de Gari Uriarte, del dúo alavés Dupla. Otra “colabo” general importante es la de Rodri Arias, guitarrista de Skunk DF, presente en los arreglos de guitarras.

La desgarrada garganta del artista forma parte de un total de verdad al que no son ajenas las dobles líneas vocales, unos arreglos muy bien colocados por su sencillez y expresividad, y guitarras combinadas en acústico y (moderado) eléctrico. Lo ha producido Antonio Suarez “Lülu”, de Forraje, con lo cual se entiende bastante bien la dosificación y medida exacta empleada en los ingredientes de este plato autóctono.  

Leo Cebrián Sanz