El pasado viernes 12 de mayo se celebró en la madrileña Sala Hora Rock, al sur de la Comunidad, un evento que en sí mismo tenía de salida un carácter de histórica celebración por todo lo alto. ¿Cuántos conciertos que giran en torno a la carrera de un batería conocen? Pues éste lo fue. El titular de Sobredosis se lo merecía y por eso Luis García & Friends fue el reclamo para esta reunión de amigos y público afín al legendario baterista de otras formaciones como la banda de Ñu, la Orquesta Mondragón o Ramoncín.

Resultó curioso volver a escuchar las canciones de Ramón justo un día después da haberlo hecho en su voz original con motivo del concierto celebrado en la Pradera de San Isidro con motivo de las fiestas del santo patrón. Quien recreaba esos himnos era nada menos que Manuel Escudero (Santelmo, Sacramento…), una de las mejores gargantas del panorama, que tuvo una noche rayana en la perfección. Su facilidad para cambiar de registro nos dejó estupefactos, ya que igual clavaba al tertuliano en “Litros de alcohol” o “Al límite” que se convertía en un Javier Gurruchaga 2.0 en la inicial “Garras humanas”, “Olvídate de mí” o la coreada “Lola, Lola”.

Con todo, la parte más apetecible para la audiencia presente estuvo en el segmento dedicado a Sobredosis, cuyos clásicos nos pusieron los pelos de punta. Fue un privilegio poder volver a escuchar del tirón la serie compuesta por “Alíate”, “Tú no eres el mejor”, la versión del “Doctor, doctor” de Michael Schenker Group, “Caliente como un volcán” y “Chico”. ¡Y todo eso con el componente original José de Benito «Pajarito» a las segundas cuatro cuerdas!

Antes y después de este momento dulce hubo ocasión de recordar el paso de Luis García por Ñu (“A golpe de látigo”, “El tren”, “La granja del loco”, “Más duro que nunca” y la despedida con “Una copa por un viejo amigo”). El generoso repertorio de 16 canciones se completó con la tremenda “Reina de la noche”, de Miguel Ríos, que fue un regalo inesperado y siempre agradecido.

La elección de la banda de acompañamiento fue un completo acierto, porque el guitarrista Steve Zee nunca falla. Adapta su peculiar y preciosista sonido a cada composición ajena, bien arropado en todo momento por la efectividad y profesionalidad de Manuel Silva (guitarrista) y Miguel Jiménez (bajo).

Mención especial para quienes hicieron aún más grande la convocatoria con su asistencia, con especial relevancia para el músico Javier Barrado y su pareja, que no fallan una en su apoyo a los grupos emergentes y a estas sesiones de recuerdo y reivindicación…, que todo es compatible. Otro ejemplo modélico es el de David T. Valera, antiguo cantante de Bella Bestia y ahora mismo en plena promoción del primer disco de su propio proyecto Davil Fantasies.

También vimos por el local a Alfonso J.B. Sánchez -del sello Leyenda Records-, el fotógrafo Fran Llorente y compañeros de medios como Reino de Sueños. Incluso desde Barcelona vino Ignasi, del colectivo Temple del Metall, en su camino hacia el Galia Fest de Pozal de Gallinas, en Valladolid.

Leo Cebrián Sanz