El pasado viernes 13 de octubre fuimos testigos de un acontecimiento histórico para el Punk-Rock de inspiración Oi! Tiempo atrás -nada más anunciarse el concierto de Non Servium en el Wizink Center-, la primera pregunta que nos surgió fue: “¿serán capaces los seguidores de la banda de burlar la vigilancia del recinto y meter sus sempiternas bengalas en el local?”. Y aunque efectivamente hubo un par de humaredas de color rojo entre el público, ni las echamos de menos entre tanta euforia y sentimiento de comunidad.
Los de Móstoles plantearon inteligentemente esta presentación en Madrid en un entorno sólo reservado a las grandes audiencias. Sabedor de que difícilmente se verá en otra igual, el quinteto celebró este “rozar el cielo” en compañía de todos sus amigos y amigas, esa cuadrilla hermanada que procede de las facciones más combativas de cuantas músicas inquietan y desconciertan al poder. Los exteriores del antiguo Palacio de los Deportes parecían los de un estadio de fútbol en día de partido de máximo riesgo. Los “bukaneros” del Rayo Vallecano coreaban sus eslóganes y el acceso se bifurcaba como nunca antes habíamos visto en la Plaza de Dalí, evitando así la entrada por las puertas principales. «La seguridad ante todo», que diría un Delegado del Gobierno.
Dentro del edificio, unos telones negros tapaban las tres verticales sobrantes del equivalente al pequeño pabellón que acogió a los cientos de personas que acudieron al evento. La gente grossa de los peinados mohicanos se lo pasó como nunca con los himnos de Non Servium (la inicial y novísima “Criatura”, “Héroes” o ‘ACAB’, por citar algunos de los 28 temas totales de su repertorio), mientras contemplaba un desfile muy entretenido de músicos y músicas como Jarfaiter (“Violencia”), Juan -cantante de Soziedad Alkohólika-, Juanra -respectivo de KOP- (“Nuestra lucha”), Oso -de Efectos Sekundarios- y Sku -de Kaos Urbano- (“’Warriors’), el resto de los camaradas de Kaos… (“Divide y vencerás”), Eugey -de los teloneros italianos de ese día Bull Brigade- (“Madrid”), Hodei -de Arkada Sozial- (“Los demonios de la noche”), Natxo -de Animales Muertos- (“Nosotros somos la venganza”) y el no anunciado Roi Sánchez (“Torpedos”). Mención especial para Miguel Álférez, batería de Decibelios, que se marcó una versión de los referentes del Oi! (“Ración doble”) como siempre hay que hacer estas cosas… con la camiseta por dentro del pantalón.
Por su parte, la cuadrilla que animó el fragmento dedicado al Rap fue la integrada por Los Chicos del Maíz (con su propia “La estanquera de Saigón”) + Habeas Corpus = Riot Propaganda, las chicas de Ira Rap, Kiza y La Furia -que cantó un fragmento del clásico “Enamorado de la muerte”, de RIP-, y los ya veteranos de la palabra musicada Kultama -VKR- o Sikario -de los también hip-hoperos Hablando en Plata- (“Cabezas rapadas”).
Un centradísimo Karlos al micrófono dirigió con mano firme la fiesta, introduciendo a cada invitado/a con la sincera emoción del amigo de verdad. Buenas explicaciones previas y gran anfitrión de su nutrida nómina de colaboraciones. Rapeó canónicamente cuando tocó, saltó a pasear sobre las cabezas cuando sintió la necesidad y se dejó la garganta y el alma en cada verso de estas más de dos horas de espectáculo. Sus compañeros de grupo pudieron descansar algo más en tan extenuante 25 aniversario, pero el trabajo fue duro e intenso y aún así no fallaron una en este desempeño tan colectivo y al tiempo complejo.
La tensión inherente a los directos de Non Servium se mezcló con un sano y desfogador relajo, que incluso llevó a Jarfaiter -sólo podía ser él- a salir de la nada y saltar salvajemente sobre el público. Cuando regresó al foso, la seguridad del recinto corrió a sacarle de la “zona mixta” hasta que “el figura” enseñó su pulsera de artista y las manos ajenas se despegaron de su cuerpo.
Entre el mar de camisetas negras hubo banderas palestinas e internacionalistas (“¡¡Madrid será la tumba del fascismo!!”), niños y familia de los músicos encima del escenario, un grito constante de reafirmación de clase y actitud y la sensación de una conquista de cierta justicia poética por parte de los héroes de la zona sur de la Comunidad de Madrid. ¡¡Ah, e incluso una mercadería promocional a verdaderos precios de barrio obrero!!
Leo Cebrián Sanz