Todo el mundo hablando y escribiendo sobre los mismos festivales de consumo «ultracapitalista» y resulta que la gracia y el encanto residen en los pequeños y modestos. El auténtico sabor de este tipo de convocatorias hay que buscarlo ya mismo en aquellas iniciativas como la del Bodega Rock, que cada verano se celebra en la localidad vallisoletana de Hornillos de Eresma. La Asociación Cultural Hornillos Eresmas lleva organizando desde 2004 uno de los carteles más fiables dentro de lo que es el Heavy Metal más clásico y accesible, aquel que no ahuyenta al público generalista por lo extremo o especializado de su oferta musical.

Prácticamente todo el Metal español ha pasado por los escenarios de este «festi» de entrada gratuita, que se sufraga con la recaudación de las barras y que cuenta con la ayuda de un valioso colectivo de voluntarios. La novedad de este año es la contratación de un camión escenario de doce metros, que a buen seguro aportará más calidad visual al espectáculo.

La edición de 2018, a vista de pájaro

 

La sabia elección de sus invitados de 2019 es otro factor positivo a tener en cuenta, ya que el Power Metal está representado por tres grupos complementarios en experiencia y estilo. Desde la propia Valladolid llegan Dawnlight con el toque sinfónico que ya conocimos por su EP ‘Eternity’. Acaban de terminar de grabar su siguiente disco, también con letras en inglés, y apuntan como banda de seguro crecimiento en el panorama musical castellano-leonés.

En el siguiente escalón de ascensión profesional están los navarros Taken, cuyo nombre suena cada vez más entre los fanáticos del Power de corte ortodoxo. Los pamploneses igual te hacen una versión en japonés del tema de apertura de la serie japonesa ‘One Piece’ que teatralizan vídeos tan contundentes como el de ‘Back to zero’, de su reciente ‘Unchained’. Los «siete de Taken» ya han pasado por las dos anteriores ediciones del Leyendas del Rock, así que la oportunidad de disfrutar de ellos este verano pasa por la antigua Castilla La Vieja.

De los valencianos Sylvania poco podemos añadir que no comentáramos ya esta misma semana en el artículo que escribimos sobre su último álbum: «Testigos de las Estrellas». Estuvieron anunciados para el Bodega Rock del pasado año y no pudieron actuar, por lo que este 2019 toca resarcirse de aquella incidencia. En este caso el Power vira más hacia el Heavy Metal, tomando el castellano el relevo de su creatividad.

El segundo tramo de este XIV Bodega Rock apuesta por dos nombres con un gancho indudable, como son los madrileños Ankhara y los Uróboros de José Andrëa, quien fuera vocalista de Mägo de Oz. El guitarrista Cecilio Sánchez y el cantante Pacho Brea siguen al pie del cañón de los primeros, una formación bien veterana, que no olvidemos fue muy popular en su momento. Ankhara volvieron a la pelea en 2018 con su disco «Sinergia». Su gira por México ha refrendado el buen estado de forma que siempre se presupone a los clásicos. Se trata además de una de las pocas bandas que puede presumir de tener algunas canciones que son pequeños «grandes éxitos» del Metal en castellano.

Finalmente, lo que hace unos años podía ser una contratación de alto riesgo se ha convertido en los últimos tiempos en una apuesta segura. José Andrëa ha vuelto para quedarse, después de una etapa oscura en lo personal y artístico que ya parece felizmente olvidada. Su disco «Bienvenidos al Medievo» resucita al vocalista gracias a su voluntad por disipar sus demonios interiores, pero también por el concurso de unos compañeros que velan bien por su jefe: «Kiskilla» (teclados), «Peri» y Fernando Ponce de León fueron compañeros en Mägo, mientras que el resto de la cuadrilla tampoco anda falta de currículo: Juan Flores “Chino” (ex-Sínkope), José Rubio (ex-Warcry), Teto Viejo (Tako, ex-Ars Amandi) y el violinista mexicano Santiago Vokram. Todo un final de fiesta de Folk-Metal para celebrar que el Bodega Rock sigue siendo un festival pleno de coherencia y en permanente y ascendente línea recta.

Leo Cebrián Sanz