«Valen» recuerda uno de los momentos clave de la historia de Tarántula, cuando el grupo recibió una oferta para actuar en Francia. Un empresario que construía discotecas se había encargado de promocionar la visita de los valencianos con el aval directo de Mirabet, el hombre que más había confiado en el futuro de la formación. Sin embargo, los compañeros de Vicente Guillot «Valen» desconfiaban de la propuesta y se negaron a viajar, lo que motivó su expulsión inmediata por parte del líder y fundador de la banda.
Poco después de lo que podría haber significado el final del grupo, «Valen» ya había reclutado a sus nuevos compañeros. Entre ellos estaban el batería Juanjo Siles y Ana María Pazos, la cantante. La entrada de Manolo Grau a la guitarra endurecerá el estilo de Tarántula, un sonido al que Ana sabrá adaptarse perfectamente. «Tarántula 2» incluirá dos composiciones compartidas vocalmente con Enrique Alfonso, pero será «Valen» quien termine cantándolas en directo junto a su «Janis Joplin» particular. La valentía de ser los primeros en contar con una voz femenina de estas características convierte su decisión en un gesto pionero de reivindicación del papel de la mujer en el Rock.
El Rock Progresivo y Sinfónico había entrado en decadencia y los nuevos Tarántula tampoco encontraron su sitio en una escena dura que aún estaba por asentarse, pero fue el robo de todo su material el que precipitó el final del proyecto. Aunque la Guarda Civil detectó la presencias de varias personas en su local de ensayo, los ladrones no despertaron sospechas y procedieron a la sustracción de sus instrumentos.
Otro golpe duro que aceleró la disolución de Tarántula fue lo sucedido en un concurso de música. En él también fueron objetos de otro robo, pero esta vez de una naturaleza bien diferente. Pese a su destacada actuación y tocando con instrumentos cedidos por una tienda de Valencia, el grupo perdió el certamen por un único y manipulado voto, en el más clásico estilo de los «tongos» de toda la vida. La deuda generada por el robo y el desencanto del concurso fueron dos reveses a los que aun así trataron de sobreponerse.
Como vemos, Tarántula fue una banda que no tuvo facilidades en su carrera…, y menos en su tierra. Algunos les acusaron de radicales de derecha justo en plena ola política valencianista, cuando precisamente Tarántula interpretaba en su segundo disco dos temas en el idioma local. La paradoja era absoluta, como lo demostraba su popularidad en el País Vasco, donde se les identificaba justo con lo contrario. Su colaboración con los movimientos de apoyo a los presos políticos previos a la posterior amnistía vino dada por la cesión de su canción «Canta canario canta». Tarántula llegó a llenar un gran recinto en Bilbao, ya que el público euskaldún les adoptó con el cariño de lo propio. Madrid, Gijón o Galicia también recibieron la visita de los valencianos.
Tras poner punto y final a su grupo de toda la vida -el que justo ahora quiere reflotar-, «Valen» ejerció como productor y representante artístico. Él fue quien estuvo detrás de la actuación de los valencianos Sable en Madrid junto a Judas Priest y Bonfire en 1988 con motivo de las fiestas de San Isidro. Vicente Guillot también fue director de una emisora de radio en Vinaroz (Castellón), tras lo cual pasó nada menos que catorce años en la República Dominicana. En el país caribeño investigó en los sones de la bachata, el merengue y naciente reggaeton, estilo del que incluso realizó algún encargo.
Al regresar a España, «Valen» aceptó la propuesta de su antiguo compañero Pepe Pereira para integrarse en una formación denominada Aves de Corral. Se trataba de un planteamiento de mero divertimento, pero cuya intención era grabar algunos temas y presentarlos en directo. Por desgracia, Pereira murió hace apenas unos meses, creando una sensación de desazón a la que «Valen» se niega a sucumbir. De hecho, parte del repertorio de Aves… será la que refuerce la nueva etapa de Tarántula.
En los últimos años Vicente Guillot se ha integrado asimismo en el renacimiento de Los Huracanes, el mítico conjunto precursor del Rock en la Comunidad Valenciana. La importancia de este nombre propio en la historia de la música levantina es incuestionable. Una emocionante escena en el velatorio de Pepe Pereira convencerá a Víctor Ortiz, vocalista de Los Huracanes, de mantener la llama de la creatividad junto a sus actuales compañeros. Y en ello están… demostrando que la edad o el coronavirus no son incompatibles con la ilusión de seguir haciendo música.
Leo Cebrián Sanz