por Jon Marin


En la primera parte de la entrevista (https://losmejoresrock.com/entrevista-a-chus-leon-1a-parte/) conocimos los inicios de Chus León y cómo nacieron sus primeras inquietudes musicales hasta llegar a su primer disco en solitario, “Nacida para soñar” de 2013. Seguimos con su trayectoria y trabajos editados hasta llegar al actual CD, “Face to face”.


La segunda obra como Chus León (“Llueve en la calle Magnolia”) sale cinco años después (2018) que «Nacida para soñar». Parece que cambiaste bastante de estilo en las composiciones…

-Sí, cambié de estilo. “Llueve en la calle Magnolia” es un recorrido distinto, pero a la vez complementario a mi primer álbum. Distinto, por centrarse más en una línea de géneros como la copla, el tango o la ranchera. Complementario, por rezumar la esencia libre con la que creo mis canciones, ellas me llevan al género con el que quieren manifestarse, y músicos como Manuel Álvarez Ugarte, en este disco, las arropan con una clara y profesional identidad de género musical latinoamericano. En mis álbumes siempre surge un tema diferente. En “Nacida para soñar” estaba esa copla de Gitanito de Ronda, interpretada al piano por Gito Maletá, y en “Llueve en la calle Magnolia”, surge “My only one”, más cercana al Jazz o el Blues.

¿Cómo fue recibido este segundo disco?

-“Llueve en la calle Magnolia” fue presentado en un teatro y en varios locales de Madrid. Fue una bella experiencia junto a Manuel, que brillaba con su guitarra y ronroco en el escenario. Es un álbum que ha asombrado a la crítica y mis oyentes por ser una incursión creativa en variados géneros latinoamericanos.

Por seguir un orden cronológico, ese mismo año participaste en el proyecto de Mariano Gómez Caravana Underground, del cual hemos escrito mucho en esta página web. ¿Cómo fue aquella experiencia y que te aportó?

-Sí, en el año 2018 participé en ese maravilloso proyecto de Mariano Gómez en honor al poeta Miguel Hernández. Este poeta representa una generación, la del 27, que ha influido mucho en mis sentimientos. Poetas como él, Pedro Salinas, Jorge Guillén o Lorca eran mis esenciales y favoritos de mi juventud. En concreto, de Miguel me enamoró su manera de construir el verso, su sensibilidad, fuerza y sencillez a la hora de elaborar sus metáforas poéticas. La canción “Como los marineros” fue una experiencia muy bonita y emocionante, unión de dos de sus poesías. Recuerdo empezar a tararearla una mañana de verano en el Mediterráneo, Mariano me siguió a la guitarra y entre los dos salió casi sin darnos cuenta. En aquel tiempo Caravana Underground se estaba fraguando. Fuimos varias veces a Orihuela buscando la esencia de Miguel por esos barrios donde nació, por esos montes donde pastoreaba y escribió sus primeras poesías, por esos lugares de su origen chico que añoraba tanto. Una experiencia inolvidable.

Tu más reciente disco, el que estás ahora promocionando, es “Face to face”. ¿Qué lo diferencia de los dos anteriores, qué tiene en común, cómo te gusta presentarlo a quien todavía no ha escuchado algo de él?

-“Face to face” es un disco en donde se presentan canciones que he hecho en directo junto a Gito Maletá en múltiples locales de la sierra madrileña durante muchos años. A veces, también nos acompañaba su compañera, Mabel Ferval, magnífica flautista. Es un disco muy personal donde se retratan complejas emociones que me embargaron ante sentimientos como la muerte, la infancia de mis hijos, la esencia de la amistad, el sufrimiento por lo perdido, la rabia del dolor. Es el paisaje donde mis sentimientos se reavivan, se curan, se mecen en ese baile de la música tal como la concibe mi experiencia personal y cultural. Un disco muy a flor de piel donde cuento con un magnífico pianista y productor que lleva los temas a lugares bellísimos con sus arreglos; además de otro gran músico y productor, Juan Olmos, que los mezcla y masteriza.   

A sabiendas de aquello que “todos son mis hijos”, etc., ¿podrías elegir tres canciones de “Face to face” y hablarnos de ellas?

-Elegiría en primer lugar “Godspell to dad”, una canción que Gito lleva al máximo con ese órgano hammond. Es una canción que escribí sin saberlo a mi padre, que murió meses después de componerla tras una dolorosa enfermedad. “Niña de amor”, que fue compuesta después de dar a luz a mi primer hijo, en honor a una amiga que murió de cáncer en aquellas fechas. Además, esta canción me hizo pensar mucho en la canción de Antonio Vega, “Chica de ayer”, que tuve la suerte de interpretarla con mi banda Oneyda D.F. en aquel entonces. Y “Trigo limpio”, un Blues potente por el sentimiento de una mujer que se ha visto traicionada por un hombre que intenta excusarse, pero no es nada fiable. Un tema producido por Juan Olmos. 

¿Qué prefieres: cantar en inglés o en español? (Lo mismo a la hora de componer).

-En realidad yo no busco a mis canciones, ellas me encuentran en las cuerdas de mi guitarra y se manifiestan en el idioma con el que mejor se sienten. Sin duda, ha influido mucho para que mi creación musical se manifieste el conocimiento del inglés, porque me encuentro muy a gusto melódica y poéticamente cuando compongo en este idioma.  

¿Cómo es el proceso de composición de tus canciones?

-Anárquico total. Hay canciones que son como si abrieras una fuente nada más tocar un acorde de la guitarra. Salen solas: música y letra. Otras veces las oigo dentro de mí de principio a fin, como si tuviera una orquesta en mi interior. En ningún momento es un proceso elaborado porque, aunque a veces he intentado establecer tiempos para componer, no he podido. La inspiración supongo que es así, te puede, te llama, te enamora y no puedes dejar de seguir ese impulso para crear y manifestar. Después que nacen, pongo trabajo en pulirlas, encontrar el lenguaje adecuado, cambiar y transformar para que sigan un adecuado ritmo con el que me sienta bien al cantarlas y no pierdan el contenido de lo que quiero expresar. Es un poco ese proceso que el poeta también emplea con sus versos.

Como nos comentabas, Gito Maletá y Juan Olmos tienen un peso importante en esta última obra. ¿Qué puedes decir de ellos?

-¿Qué puedo decir para no quedarme corta con Gito y Juan? Han sido pilares fundamentales, grandes músicos y profesionales que han llevado mi creación a lugares bellísimos e incomparables. Gito con su sensibilidad al piano, como multiinstrumentista y productor, además de compañero de muchos bolos por Madrid, edificó los pilares de cada canción. Juan, además de amigo y todoterreno como músico y productor, hizo una tarea de mezcla y masterización de los temas magnífica. ¡Qué más puedo pedir! 

(Continuará)