Morcuende, su segundo apellido, es el nombre artístico que ha elegido el músico José Luis Rodríguez Morcuende para editar tres discos difíciles de clasificar en cuanto a estilos, porque en ellos viaja de uno a otros, y que se encierran en el sugerente título aglutinador “Tres caras de la misma moneda”. El primer CD se llama igual, la segunda entrega es “La vida en blanco y negro” y la tercera y más recientemente editada es “De la ineficacia de lo intangible”.


por Jon Marin


 

Para acercaros a la obra completa se me ocurre comenzar preguntando a José Luis qué similitudes encontramos entre un redondo y otro: la cara, la cruz… ¿y el canto?

José Luis R. Morcuende: – Lo que más los asemeja es, precisamente, lo que más los diferencia, es decir, la gran variedad de estilos que encuentras en cualquiera de los discos. ¡Ah!, y el no estar sometidos a corrientes musicales temporales. 

Lo intentaré con las diferencias…

-Estructuralmente, no veo grandes diferencias…

Bien, pues entonces… ¿Qué estilos musicales encontramos en “Tres caras de la misma moneda”?

  • El repertorio de estilos es muy amplio. Desde canciones con connotaciones cabareteras, hasta Rock sinfónico, pasando por alguna canción de cuna, música palaciega, Rock progresivo, algún guiño al Country y a la música Celta y estrambóticas paranoias musicales. Todo tipo de paisaje musical que, en mi opinión, merezca la pena; siempre según mi particular forma de unificar estilos.

Te voy a poner en un aprieto: Elígeme una canción de cada CD y me explicas el porqué.

-Es muy difícil quedarme con una en concreto, pero puestos a escoger quizá me quedaría con cualquiera de las suites de cada uno de los discos porque, debido a su amplitud y variedad, cada una de ellas es un mundo musical dentro del mundo de la música. Por lo tanto, diría que del primero: “San Borondón”. Del segundo, “La vida en blanco y negro”: “Pasaba por aquí”. Y del tercero, “De la ineficacia de lo intangible”, la suite de mismo título.

En el momento de empezar a trabajar en el primer disco ¿ya tenías claro que iban a ser tres redondos?

En principio la idea era hacer un disco tan variado como el contenido de lo que luego fue la trilogía. Tenía algunos de los temas hechos, pero como afortunadamente las musas me miraban con muy buenos ojos y las ideas abundaban, decidí darle más amplitud al proyecto para abarcar el máximo de estilos de la forma lo más coherente posible… dentro de la aparente incoherencia.

La lista de músicos que ha colaborado en la trilogía es larga…

-Antes de nada, quiero mostrar mi agradecimiento infinito a todos los músicos que han colaborado en la trilogía de una forma totalmente desinteresada. Su aportación ha sido inmensa. Y de una manera muy especial, por su impagable ayuda en la producción, a mis amigos Juan Olmos y Javier Mira.

A continuación nos recita los nombres de todos los artistas. A saber:

-José Antonio Muñoz, los ya nombrados Javier Mira y Juan Olmos, Óscar García Morena, Charly Díaz, José Luis Ayuso, Nacho Ortiz, José Barta, José Manuel Gorjón, Alex Rodríguez, Noel Barajas, Jorge Calvo, Elías Rodríguez, Iván “Stanwy”, Pedro Consuegra, Antonio José Fernández, Anto Fernández, Ana Aranjuez, Angelita Gómez, Paula Olmos, Vera Olmos, la Coral Polifónica de Candeleda dirigida por José Antonio Muñoz y el cuarteto de cuerda Consor más la ayuda estelar del “Tío Midi”… y yo, mismamente, je, je…

¿Cómo se desarrollaron las numerosas, suponemos, jornadas de grabación?

-Las grabaciones las hemos hecho a un ritmo relajado, hemos dedicado un promedio de dos años por disco, según la disponibilidad de cada músico y, sobre todo, sin privarnos de lo que necesitábamos para cada tema, tanto en instrumentos como en detalles.

¿Nos cuentas alguna anécdota?

Con tanto de todo, las anécdotas han sido de todos los colores y para todos los gustos; aunque yo me quedaría con algo que, si bien no fue anecdótico, para mí supuso toda una experiencia, y fue cuando fuimos al Auditorio municipal de Candeleda a grabar a la Coral. Fue grandioso. Aun así, aparte de aquellas sesiones, una parte del coro -una pequeña parte, pues no había sitio en el estudio para meter a las cuarenta y tantas voces- vino al estudio, a Madrid, a reforzar algunas pistas.

(Continuará…)