El 8 de enero de 1991 Steve Clark, guitarrista de Def Leppard, fue encontrado muerto en su apartamento de Londres por culpa de una abundante mezcla de alcohol, analgésicos y antidepresivos. Tenía 30 años. A su vez, el 31 de marzo de 1992, es decir, tres días antes de lanzar nuestro fanzine, había salido el disco “Adrenalize”, el siguiente al megaexitoso “Hysteria”. De modo que recopilamos declaraciones del cantante Joe Elliott en la prensa angloparlante referidas a ambos temas y ese fue el motivo principal de la portada de nuestro primer número: Una foto de Elliott y la frase: “Adiós, Steve… Hola ‘Adrenalize´”.

En esta entrada reproducimos lo dicho sobre la muerte de Steve Clark. En otra próxima entrará lo referente a ‘Adrenalize’.


Joe Elliott:

“Perdimos a Steve un año antes de que muriera, la raza humana le había perdido. El último recurso fue dejarlo solo porque nosotros ya no podíamos hacer más por él. Entre 1989 y el 90 estuvo seis veces en rehabilitación.”

“Era el tío más normal del grupo. La gente pensaba que era arrogante porque no le hablaba. Tan solo era tímido.”

“Cuando estábamos de gira, él seguía la rutina propia de ella. Pero una vez que volvíamos a casa, su rutina se convertía sólo en beber. Eran las dos únicas cosas que le molaban: su guitarra y su bebida. Tan pronto dejaba de estar interesado en su guitarra, solamente lo estaba en el alcohol.”

“Nunca piensas que va a morir. Sabes que es una posibilidad, pero nunca piensas que va a suceder. Él nunca creyó, hasta el momento de morir, que tenía un problema. Cuando me comunicaron su muerte, no fue una sorpresa. Creo que todos nosotros estábamos mentalmente preparados de que, si alguno iba a morir pronto, ese iba a ser Steve. Su padre una vez me dijo que no llegaría a su 30.° cumpleaños y, mira, llegó a él por tan solo seis meses.”

“Al suceder su muerte me quedé trastornado, pero de la forma en que te quedas cuando muere tu abuela de 99 años. No puedo decir que fuera un shock. Cuando Rick (Allen, batería) perdió su brazo, yo perdí la cabeza de tanto llorar. No ha sido así con la muerte de Steve.”

“En los hoteles, mi habitación solía ser la más cercana a la de Steve. Algunas noches era imposible dormir. La noche anterior al comienzo de la gira de ‘Hysteria’, estaba Steve tan pedo que intentó romperse los nudillos contra un lavabo de mármol, ya que no podía soportar la idea de subirse a un escenario la noche siguiente. Éste era el chaval que, una vez allí arriba, era un dios omnipotente con su guitarra. Cosas así fueron incidentes aislados en un periodo de diez años. El 99 % de las veces Steve era un tío guay y yo lo quise hasta la muerte. Era el tío más majo del mundo, sobrio o no.”

“Por septiembre de 1990 tenía la cabeza completamente perdida. Le dijimos que todo eso no le estaba haciendo ningún bien… y a nosotros tampoco, así que le dimos seis meses de descanso mientras el resto seguíamos trabajando en el disco (‘Adrenalize’) y le dijimos que regresara en febrero de 1991. Le llamé el día anterior a su muerte y tenía puesto el contestador automático. No digo que podría haber sido así pero, si hubiese hablado con él, quizá las 24 horas siguientes hubieran cambiado.”