Muchas veces, la magia que tienen el Rock y el Metal en sus composiciones te lleva a volar mentalmente, dejando que la magia fluya por tus pensamientos y llegando a remover sentimientos de todo tipo. Bandas que hacen que los escalofríos invadan tu cuerpo con las letras y la música de sus canciones y composiciones. O también, por la forma que tienen de caminar por la música, no vendiéndose al mejor postor y siendo siempre los mismos, sin cambios radicales. Guardando y cuidando una estética que hoy en día se ha perdido bastante. Quizás estas palabras escritas las podemos entender los más acérrimos fans -como el que suscribe- y también nuestro protagonista, como os contaré unos párrafos más abajo.

 

«La rima del anciano marinero», de Iron Maiden

Nos remontamos al año 1973, cuando un pequeño abulense con sangre rockera nacía al refugio de la muralla de Ávila. Esta mítica construcción no deja indiferente a nadie, con sus nueve puertas, 87 torreones o cubos y un perímetro total de 2.516 metros. Pero no sólo queda este sello de identidad, ya que construcciones como la Catedral del Salvador o la Basílica de San Vicente forman parte del patrimonio histórico de la ciudad. Este retoño, como cualquier crío de su edad, retozaba por las calles históricas de esta localidad castellanoleonesa.

No tardaría en destacar entre el resto de «chavales», ya que la estética y sus gustos por los sonidos duros formaban parte de su sello de identidad, con una personalidad única y no manipulada. Como todo buen fan de nuestra música, siempre tenemos una banda que te deja marcado de por vida de una manera u otra. En este caso fue Iron Maiden, ya que sus letras profundas y trabajadas consiguieron despertar en Raúl algo que quizás no se esperaba: la pasión por la escritura».

«El marinero mató al ave de buen presagio.
Su tripulación gritó: «¿por qué lo hizo?».
Cuando la niebla desapareció, lo justificaron.
Y se hicieron cómplices del crimen».

Así es como se desarrolla el texto del tema titulado «La rima del anciano marinero» -‘The rime of the ancient mariner’-, de la «Dama de hierro». La canción es un claro ejemplo de por dónde iban o van los gustos de este escritor, que se identifica con este poema del poeta inglés Samuel Taylor Coleridge. En él se narran las aventuras de un marino durante un largo viaje en el mar, en el que sufre grandes tormentas y navega a la deriva. La tripulación es castigada entonces por matar un albatros. «Maiden» fue capaz de musicalizar esta historia, creando una canción que nunca nos cansaremos de escuchar.

 

Becas, aprendizaje, experiencias e incluso premios. La forja de un escritor

La vida continúa bajo los pies de este caminante literario entre baños de realidad, llegando a la edad de 18 años. Fue un momento de su vida en el que ya empezó a cosechar ciertos resultados positivos por su labor literaria. ‘Requiem aeternam dona eis, Domine (Señor, dales descanso eterno)» es el título de una reflexión, inspirada en el Réquiem de Mozart, con la que nuestro protagonista obtuvo el primer premio de un certamen literario en Ávila. Sin duda, una inyección de adrenalina para seguir trabajando en su forja particular.

A pesar de esa buena consideración por parte de los responsables del concurso, curiosamente Raúl decidió no volver a escribir. Consideraba que aún le quedaba un gran recorrido en el aprendizaje de la literatura. Fue tal el entusiasmo con el que encaraba esta formación, que pronto pasó al «modo beca» para quizás en un futuro ser algo importante en el mundo literario. Fue la forma elegida para formarse y poder viajar durante años, acumulando experiencias importantes mientras adquiría conocimientos académicos.

 

De la Universidad de Salamanca a Jordania

Poco a poco, paso a paso, Raúl consiguió licenciarse en Filología por la Universidad de Salamanca. En latín, ‘Universitas Studii Salmanticensis’, la entidad pública más antigua de España. En aquella ciudad convivió y conoció personas que hoy en día son músicos, como por ejemplo Fernando Carretero Ríos, batería y coros de los abulenses Kylowatios. Sobre esta banda en concreto, LosMejoresRock.com publicaba en el mes de abril un artículo, firmado por mi compañero Juan Antonio Nieto.

El salto a otras partes del mundo también ocupó espacio en su vida. Fue a través del Instituto Cervantes, organización publica creada el 21 de marzo de 1991 por el gobierno español, cuya finalidad es la promoción y enseñanza de la lengua española en el extranjero. Durante seis años nuestro escritor rockero fue profesor en nómina de la institución e impartió clases de lengua española a los alumnos de la ciudad de Amman, capital de Jordania, un lugar con numerosas ruinas antiguas y el famoso templo romano de Hércules.

Su actividad en esta ciudad no se quedaba sólo en la aportación de clases para que sus alumnos adquiriesen conocimientos sobre la lengua de Cervantes. A través del Ministerio de Asuntos Exteriores y la Agencia Española para la Cooperación Internacional y el Desarrollo (AECID), Raul impartió clases de lectura de español y fue profesor de literatura en diversas universidades de Jordania durante cuatro años. También formó parte del comité de evaluación de alumnos de español que optaban a las becas AECID en la Universidad Jordana de Amman.

Año 2015, el regreso del profesor a la escritura

Su forja personal siguió su modus operandi, volviendo así a empuñar una pluma y ponerse a escribir desde lo más profundo de su alma. Su disposición era siempre la misma: seguir acaparando conocimientos. Apenas había pasado un año, cuando en 2016 ya tenía dos borradores de sendos libros titulados «Natasha y el Espantacabras» y «En la penumbra de la realidad».

Convencido y apoyado por un amigo escritor, su presentación en editoriales le hizo decidirse por uno de los dos títulos mencionados. Como visionario que es a la hora de hacer una buena apuesta para la captación de futuros lectores, Raúl decidió publicar en formato físico «En la penumbra de la realidad». Valoró además la buena disposición de la editorial, que dejó a nuestro escritor pleno poder sobre los derechos digitales. Supuso un paso decisivo para crear una página web y que así los lectores pudieran descargarse de forma gratuita su libro. Sus miras de futuro eran más que evidentes: la creación de un hueco en el mundo literario, con nuevos amantes del papel escrito y encuadernado.

Pero ahí no quedó la cosa, ya que como he comentado antes, su visión del «negocio” va más allá de lo antes descrito, amén de no dar importancia a las redes sociales o tener su página web actualizada -como es el caso de muchos profesionales-. Esta «pluma del Rock» lo tiene más que claro, ya que los medios virtuales son una herramienta imprescindible para dar visualización a su aportación al mundo escrito.

Otra gran decisión fue que las ganancias económicas de la edición en papel se las retribuyeran en ejemplares de libros, que fue donando a un gran número de bibliotecas y entidades nacionales. La editorial se vio con trabajo extra, ya que la repercusión del libro de Raúl iba in crescendo. Tal fue así que incluso 38 bibliotecas del Instituto Cervantes, de diferentes ciudades del globo terráqueo -desde Estados Unidos hasta Japón-, fueron agraciadas con estos ejemplares.

Como los derechos digitales sobre su trabajo eran de su pleno dominio, Raúl decidió distribuir de forma altruista su libro. Sus derechos de autor sobre el formato físico los mantuvo durante dos años, lo que le hizo tomar otras decisiones, como seguir escribiendo una novela titulada «La bestia negra» y los poemarios «Ser noche» y “Metal 666″.

La segunda y última parte de este artículo se titulará «Raúl Jiménez Sastre: fuerza, literatura y Metal». En ella nos adentraremos en el que es buque insignia de su obra, esa última publicación titulada «Metal 666», que este escritor quiere presentar por toda España en bolos literarios en los que la literatura y el Metal van de la mano.

También profundizaremos en la firma RJS, creada por Raúl, con la que tiene más controlados sus trabajos. Conoceremos también las distintas colaboraciones que ha desarrollado con grupos de Rock y Metal de este país. Sus discos se sortean a la misma vez que su libro, lo que da un cierto aliciente y supone una llamada de atención para convertirlo en un producto literario más jugoso. No quiero acabar sin antes haceros una introducción, basada en la dedicatoria que el libro «Metal 666» tiene impresa en su primera página. Dice así:

«A las nuevas generaciones,
a quienes la magia de los falsos Mesías
pretende hipnotizar».

Qué pena que ésta sea una generación sin valores y falsos ídolos, por la educación que han recibido desde el pesebre acomodado de unos padres mileuristas que se creen ricos. Una generación adicta a «lo mío es mío» y el «yo quiero eso, sí o sí». No les falta de nada, sin saber lo que cuesta ganarlo. Desde su acomodada posición en las diferentes redes sociales, hasta los amigos son virtuales.

Lejos les queda entender la filosofía rockera como modo de vida. No comprenderán jamás lo que supone tener amigos o pareja a través de la música. La oscuridad llegará también a sus vidas si continúan adorando a ídolos de plástico, falsos Mesías cortados por el mismo patrón, influenciados por el consumismo más desenfrenado y un capitalismo demoledor. El egoísmo es su ídolo, junto con un corazón frío que no atiende a sentimientos más íntimos.

«Busca dentro de ti mismo.
Puede que veas a alguien que no conoces.
Tal vez sea justo lo que necesitas».
‘Caught in the middle’. Ronnie James Dio.
‘Metal 666’ (página 37)

José Ramón Nieto «Kema Púas»
«Escuchar música te hace ser mejor persona y te limpia el alma. Si es Rock, mejor».