Había verdadera expectación y todo tipo de elucubraciones en torno al regreso a España de los británicos Bring Me The Horizon tras varios años sin pisar nuestros escenarios. Resultaba chocante que no hubieran figurado como reclamo de los dos festivales más propicios -Resurrection Fest y sobre todo Download-, por lo que el anuncio de que encabezarían la jornada previa del madrileño Mad Cool 2019 impactó a quienes no confiaban en verles en nuestro país durante este tramo de la gira.

Con todo, la sorpresa fue aún mayor para quienes habían adquirido el bono que permite disfrutar del corpus central del «festi». Esta primera fecha, que nadie esperaba, quedaba excluida de la oferta de los tres días, por lo que asistir a ella requiere de una entrada diferenciada -aunque dicho sea de paso, bastante accesible (30 euros para quienes ya posean la pulsera)-. Obviamente, la decepción generalizada no vino por la posibilidad de perderse a BMTH, sino a la verdadera estrella mediática del miércoles: Rosalía.

La mezcolanza de géneros y estilos que preside esta noche inicial de fiesta de bienvenida en el recinto de Valdebebas se amplía al resto de los invitados: The Amazons, Anier, Blake, The Cat Empire, Don Bronco, Favx, Fusa Nocta, Griz, The Gulps, Lykke Li, Metronomy, The Parrots, Viagra Boys y Whispering Sons. Esta segunda línea engorda un cartel claramente diferenciado en sus cimas más altas, que va a medir la capacidad de convocatoria y éxito artístico de dos propuestas musicales tan diferentes como las de Rosalía y el grupo de Sheffield.

Aun a riesgo de pecar de aventurados y profetas, nos atrevemos a pronosticar lo que va a ocurrir entre quienes acudan a ver a la artista catalana que ha revolucionado el Flamenco Pop. Aún se desconocen los horarios de la noche del 10 de julio, pero supongamos que Rosalía actuará primero -que es lo más lógico-. Mientras comiencen a desplazarse hacia las barras muchos de quienes hayan asistido al recital de la nueva diva de la modernidad, otros miles se acercarán a ver «de qué va» esa banda que poca gente conoce en España, salvo que se sea millennial y/o Emo.

Lo que se van a encontrar esos curiosos es una formación de una estética muy poderosa, fácilmente asimilable por un público que no desentonaría en el referencial Coachella -donde por cierto ha actuado Rosalía este año-. El espectáculo que ofrece Bring Me The Horizon es una rebosante demostración de Metal de vanguardia con tintes electrónicos y Pop, que a buen seguro va a impactar y cautivar a quienes no frecuentan este tipo de sonidos.

El quinteto cuenta además con un sex-symbol moderno, todo un personaje con el carisma y atractivo de esas rock-stars que tanto añoramos de los tiempos del Rock de estadio. Oliver Sykes -‘Oli’ para sus fans- es un tipo que lo da todo durante el concierto, paseando de un lado a otro del escenario sin reparar en el esfuerzo vocal que ello supone. Este bendita desmesura le ha ocasionado serios problemas con su garganta y el hecho de que en ocasiones BMTH recurra a coros de sospechoso origen -al menos esa es la impresión que da viendo sus últimas actuaciones en grandes eventos-. Ojo, que también parece hacerlo Rosalía, por lo que algunos ya hablan jocosamente de la «guerra de los pregrabados».

El rey del ‘push it back / push it back’ anima constantemente a los espectadores a formar circle-pits o, en un lenguaje que pueda entender el público de la intérprete de «Malamente», huecos entre la masa para que los más animosos corran en círculo en torno al vacío que se crea en su interior. Apenas un rastro del Metalcore con el que Bring Me… se dieron a conocer, pero seguro que toda una novedad para quienes van a los «festis» a lucir palmito y no mancharse el calzado.

La deriva de Bring Me The Horizon en su último y polémico disco, ‘Amo’, les ha alejado de los postulados más duros, aunque el álbum es un dignísimo experimento de fusión entre Metal, Pop, Ambient y Electrónica. Los seguidores más acérrimos del grupo corrieron a calificar su nuevo estilo con divertidas analogías del tipo ‘Five Seconds Of BMTH’ en clara alusión a otra banda de siglas: 5SOS (Five Seconds of Summer).

Veremos pues si en directo callan las voces de los críticos y ofrecen un buen rato de diversión, que ahuyente los temores de una excesiva sofisticación en su actitud y entrega en vivo. Quizás incluso los ajenos a su música se planteen que también hay vida más allá del «tra tra». Habrá que comprobar cuántos nuevos seguidores españoles ganan los británicos en su Instagram al día siguiente de su presentación en la capital, pero así a ojo calculamos que entre dos o tres mil.

Leo Cebrián Sanz