Nuestro amigo el de “china, una foto”, antes de que comenzara Europe, se acerca y nos presenta a una joven de rasgos mandarines, algo rellenita, que no dejaba de sonreír.

-¿A que está buena? ¡Me he pegado una paliza con ella!

-Pero tronco… ¡que está delante!

-Es igual no se entera de .

La mira y le pregunta:

-¿A que sí?

Y la china se reía…

-¿Echamos un polvo?

Y la oriental se reía… Y nosotros, claro.

 

Con la gran actuación de Europe convencimos a los colegas más jevis y reacios del gran grupo que era en directo –y sigue siendo-. Nos jodía no ver a John Norum a la guitarra, pero Kee Marcello hacía bien el papel. Las luces del escenario ya brillaban y nos embaucaban. Lo curioso de su actuación es que la quisieron hacer especial con temas nunca o raramente interpretados como ‘Yesterday’s news’ y ‘Seventh sign’, que no serían grabados hasta dos años después para aparecer en el disco ‘Prisioners in paradise’, según países, y ‘Wild child’, nunca editada. Tras el ineludible ‘The final coutndown’, en el bis nos regalaron dos versiones: ‘A hard day’s night’ (The Beatles) y ‘Hound dog’ de Big Mama Thornton, si bien la conoceréis más por Elvis Presley. O sea, un set list impagable en el que quedó claro que quisieron demostrar a los seguidores del Rock que ellos eran “músicos de” y no un producto comercial.

Llegó el momento y al son de ‘Lay your hands of me’ todos los conocidos allí presentes íbamos a ver por primera vez a la banda Bon Jovi. Entonces el líder sí cantaba, no cambiaba el tono de las melodías y en el repertorio escaseaban las baladas, ‘Living in sin’ fue lo único blandito en toda la velada. ¡Y tenía el pelo largo! Después de un escalofriante ‘Wanted dead or alive’ y la versión ‘The boys are back in town’ (Thin Lizzy) se nos iban a caer los pantalones. Anunció Jon Bon Jovi:

-Dos leyendas vivas, señoras y señores: ¡Steven Tyler y Joe Perry de Aerosmith!

Cuando vi aparecer a los toxic twins creí que me daba algo, la emoción me comía.

Dijo Tyler:

-Jon, ¡qué caliente estás, hasta la luna ha salido a verte esta noche!

Lo hice mío, también yo me lo podía aplicar, ¿no? Y los siete músicos nos destrozaron con ‘Walk this way’. Presenciar un solo compartido por Perry y Sambora mientras Steven nos regalaba sus famosas piruetas merecía los cuatro mil kilómetros de recorrido sumando ida y vuelta. ¡Soberbio!

Tras el cierre con ‘Bad medicine’, nos encaminamos, unos más rotos que otros, hacia el bus y todos queríamos hablar, opinar, gritar… ya en los asientos. La emoción era palpable. Pasan treinta minutos pero no arrancamos.

-¿Qué pasa?

-Que falta uno.

-¿Quién?

-“El jipi”.

Este hombre llevaba una imagen a lo Aerosmith/ Rolling Stones de la década de los setenta y, más que a “el rocker”, no le había cambiado la cara de volao desde la partida en Madrid. Un ratito más, no mucho, de espera y el organizador decide que volvamos a Londres sin él. Otro que se quedaba en tierra.

 

A la mañana siguiente, salíamos del hotel y vimos al “jipi” deambulando con la misma cara de “no sé dónde estoy”.

-Hola, tronco. ¿Qué te pasó?

Mirada que no sabes si te llega o te atraviesa, boca cerrada.

-¡Eh, tío!, ¿cómo has llegado?

-En ovni.

Es todo lo que recuerdo haber conversado con este personaje, ¡y eso que quedaban por compartir casi 48 horas en el mismo vehículo!

 

Nos dio tiempo, la última mañana en Londres, de visitar el que llamábamos “mercadillo de Liverpool” (Old Spitalfields Market), donde me compré la chupa de cuero que más he adorado y vestido en toda mi vida. Al estilo de aquel momento, torera y con flecos.

 

Antes de partir para España, vía Dover, Calais, Francia de norte a sur, y toda la “carretera nacional I” de nuevo pero esta vez hacia abajo, comí con dos de las pocas chicas que integraban el grupo. Una de ellas, la más espectacular, la que más respeto me imponía, al cabo de un par de años acabó siendo mi novia por casi el mismo periodo.

 

Ya en Madrid, todo el intercambio de teléfonos llegó a buen puerto y, al siguiente fin de semana, varios intrépidos nos volvimos a juntar en la sala Canciller con nuestras fotos recién reveladas. Recuerdo de anécdotas, buenas risas… y volvemos a quedar para otros fines de semana y los próximos conciertos. Comenzaba a gestarse un grupo de amigos que más tarde se llamaría Los+Mejores. ¿Te suena?

Jon Marin