José Luis Morcuende nos gira su visita anual, esta vez bajo su propia encarnación y no el alias de Isthar. “El Otoño del Futuro” es su último desafío a quienes siguen su inagotable carrera tanto musical como incluso literaria. Ya definitivamente del lado de la independencia y la autogestión más absolutas -él mismo manda las copias del CD, que seguro que así llegan a su destino-, el polifacético creador fuerza su máquina creativa para jugársela con catorce nuevas pistas, dos de ellas con sendas capítulos primero y segundo: “A usted” -cuya letra parece “dedicada” a Robert Oppenheimer- y “Mireya”-. De las cuatro partes totales, las tres últimas son de carácter instrumental.
El comienzo de la serie con “Voces en la noche” y “Luces en la noche” es casi onírico, con voces infantiles distorsionadas y el recitado de la letra por parte del propio José Luis, además de una interpretación vocal que roza lo religioso. A continuación llegan la referida “A usted”, la breve instrumental “El vals del figurín”, “Tú y yo”, la citada “Mireya”, “Y saldré a volar”, el tema-título del álbum, la también instrumental “Silencio”, “Sólo me queda esperar”, “Juntos” y “¡¡Qué horror!!”.
La completa autoría de las letras y músicas por parte de Morcuende han contado con el aval técnico de Javier Mira en los arreglos -su habitual hombre de confianza en estos menesteres- y un fructífero trabajo conjunto en los estudios Look Records entre septiembre de 2021 y marzo de 2023. José Luis canta, hace sus propios coros y toca el bajo y la guitarra española, siendo sus refuerzos instrumentales las seis cuerdas de Nacho Ortiz, el propio Mira a las guitarras y voces, Óscar Mira y Fran Torres en los teclados, Patricia Robaina al piano, Jara Robles al violín y David Laorden al clarinete.
Este disco de Morcuende es más desafiante que los anteriores, ya que rompe con muchas fórmulas preestablecidas por el propio José Luis y constantemente juega con la sorpresa mediante cambios de ritmo, aires vocales de tarantella napolitana, bellas guitarras dobladas, canción Folk de autor, Rock progresivo a lo Canterbury, planeadores vuelos psicodélicos, seudo-rap… Pese a nuestros esfuerzos por catalogarlo, el maestro define así su última obra: “Como siempre, música sin etiquetas”.
Leo Cebrián Sanz