«Jaén, paraíso interior»…, también para la música Rock independiente. La pujante escena jiennense se manifiesta ahora progresiva y experimental gracias a Nanda Devi, banda procedente de Úbeda. Juan Bautista «Juanba» Pastor (voces y guitarra), Martín Campos (bajo), José Luis Fernández García (batería) y David Ortal (teclados, guitarras y voces) se adscriben al conjuro del Post-Rock y el Metal instrumental, que practican juntos desde que 2016 unieran sus destinos artísticos tras las experiencias previas de Aria Inferno, Ktxi y sobre todo The Invisible Man’s Mirror.
Tres de los componentes de esta formación abandonaron el proyecto en agosto de aquel año, lo que poco después dio lugar a la actualización del nombre. Debutaron en directo como Nanda Devi en Los Ciclos de Rock de Jaén en mayo de 2017 -volvieron a estar presentes en su siguiente edición- y desde entonces han actuado de forma regular en su Úbeda natal, ya sea en fiestas patronales, en el local de más prestigio de la ciudad (La Tetería) o incluso en la Iglesia de San Lorenzo de la localidad. Ya en su provincia y alrededores destacan sus conciertos en el I Saetón Rock de Pedro Abad (Córdoba), la Primavera Rock 2018 de Jódar, las II Convivencias Rockeras Aprorock de Torreperogil y una fecha más en Villanueva del Azobispo.
La música de Nanda Devi no es fácil…, ni se pretende. Los arreglos y matices de su Metal vanguardista mezclan voces guturales con retorcidos pasajes de ambientación densa y por momentos de tintes opresivos y tortuosos. La estructura clásica del puente y estribillo no es algo que interese al cuarteto. Los ubetenses prefieren dejarse llevar por una explosión absoluta de musicalidad sin límites naturales, en una línea de trabajo que nos evoca a los mismísimos Opeth. El grupo del vocalista y guitarrista Mikael Åkerfeldt no figura en principio entre sus declaradas preferencias, que sí reconocen en cambio la inspiración de Alcest, Anathema, Leprous, Alcest, The Dear Hunter, Dream Theater, Jardín de la Croix, The Ocean, Symphony X o los nacionales Toundra.
Por momentos, las elucubraciones instrumentales de Nanda Devi nos recuerdan a las de algunas formaciones sureñas que a finales de los años 70 aparcaban el Rock andaluz y se intrincaban en la pura y «libre creación». Aquel término lo acuñaron unos Bloque -por citar a una banda de aquel tiempo, aunque origen geográfico muy distinto: Cantabria-, que rompían conscientemente la baraja de lo progresivo en su búsqueda de un sonido propio. Nanda Devi tienen muy poco de hippies, que conste, aunque a veces colocan al oyente frente a los Pink Floyd de Syd Barrett o, por qué no, Los Planetas más ácidos y arriesgados.
En fin, nos permitimos ser nosotros mismos quienes se aventuren a buscar estas extrañas conexiones porque Nanda Devi son todo un desafío de creatividad y Metal Extremo de imposible catalogación. Yo me los imagino tocando rodeados de olivos centenarios, castigados por el sol o en plena madrugada de frío -como los grupos Stoner del Dessert-Rock-, a un volumen considerable y sin nadie ni nada que interrumpa su inspiración inmediata. The Metal Archives les etiqueta como Post-Black Metal, así que mejor escuchen ustedes mismos y concédanse la gracia de ser quienes les ubiquen aquí o allá.
Su primer disco, «Refugio», ha sido publicado hace apenas unas semanas y se inicia con el single oficial «Juventud». Tras este primer tema llegan otros ocho de generosa duración y escasas partes líricas. Algunos versos de la poesía de Miguel Hernández complementan la parte literaria de las letras de Nanda Devi, que se expresa en castellano con alguna concesión al inglés.
Leo Cebrián Sanz
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