El lunes 25 de noviembre el guitarrista Marty Friedman (ex-Megadeth) estuvo en el Club de Corresponsales Extranjeros de Japón, en Tokio, uno de los clubes de prensa más antiguos y prestigiosos del mundo, para hablar sobre su música, vida y su decisión de cambiar la cultura estadounidense por la japonesa.

Le preguntaron a Friedman, que vive en Japón desde 2003, sobre el estereotipo extendido de que el heavy metal atrae a personas que se sienten marginadas de la sociedad y dijo: “En mi época de adolescente, supongo que ahora es igual, la gente que escuchaba hard rock y música a todo volumen no era como el chaval que tenía el puesto de mariscal de campo en el equipo de fútbol (americano). Esos chicos no eran los admirados del instituto (secundaria) ni  los inteligentes, ni los que tenían las mejores novias o los primeros de la clase. Los que escuchaban rock eran los chicos que se saltaban las clases y pasaban el rato con sus amigos y fumaban cigarrillos, y tal vez otras cosas… Eran los marginados y ahí es donde el hard rock tenía su lugar en la sociedad. A los populares les gustaba la música de baile y el pop. En realidad, no les importaba mucho la música, iban a una fiesta, ¡genial!, y bailaban lo que fuese. Pero nosotros, los que no teníamos tantos amigos, estábamos en casa escuchando a Black Sabbath a todo volumen”.

Continuó Marty: “En Japón, sin embargo, es completamente diferente. Ves que la gente forma parte de grupos musicales, ves a gente que ha dedicado su vida a tocar rock y eran populares en la escuela: eran guapos, tenían novias, estaban en el equipo deportivo, tenían buenas notas… Eran tipos totalmente normales pero, por alguna razón, les gustaba el rock y estaban en grupos tocando esa música ‘ruidosa y desagradable’. Estos chicos son muy educados y bien hablados, no como podría ser Kurt Cobain. Luego tienen buenos trabajos, son tíos normales, crecieron sin problemas, tienen modales y escuchan o tocan rock. Después de vivir un tiempo aquí lo he analizado y he llegado a la firme conclusión de que la gente en Japón se siente más identificada con el hard rock y la música basada en la guitarra, con el heavy metal, porque creo que en la música tradicional japonesa hay sonidos de instrumentos de cuerda como el del samisen, o el pectro, que se tocan agresivamente y con distorsión, y hasta los abuelos ya están acostumbrados a escuchar cosas así, como las guitarras distorsionadas tocadas agresivamente. Esto es algo que no pasa en EE. UU.”

Después de poner más ejemplos de cómo suenan estos instrumentos tradicionales japoneses, el guitarrista ha añadido: “En EE. UU. el rock y el heavy metal eran una forma de cabrear a la gente. En Japón no creo que cabreen a nadie, lo cual es fascinante”.

El viaje musical de Marty Friedman lo ha llevado desde el heavy metal de los Estados Unidos, con Cacophony y Megadeth, al pop de Japón. Ahora es una figura famosa en la televisión japonesa y es visto como un embajador cultural en ambos países. Habla el japonés de manera fluida y no sufre la brecha cultural.

El guitarrista se casó en 2012 con la chelista japonesa Hiyori Okuda.

Información recopilada y redactada por Jon Marin