Primera entrevista con Sôber para quien esto firma… y todo un privilegio por la experiencia conjunta. En el encuentro estuvieron presentes los cuatro miembros de la banda: Carlos Escobedo -bajo y voz-, su hermano Jorge -aunque el guitarrista se incorporó al encuentro pasados unos minutos-, el bajista Antonio Bernardini y el batería Manu Reyes. Esta vez se trataba de festejar la recuperación histórica de su estreno discográfico, “Torcidos”, aquel que en 1997 se publicó bajo el nombre de Sober Stoned, su primera denominación como banda. Para hacer más atractivo este lanzamiento se han procurado dos pistas inéditas: ”Habitación 208” y “Tiempo”, que data de los tiempos de “Elegía”.
La entrevista comienza con el recuerdo del bautizo de fuego mediático de Sôber, cuando presentaron sus credenciales en el transcurso de una fiesta del sello Zero en la madrileña sala Arena, allá por finales de los años 90. La siguiente pregunta hace referencia a su voluntad o no de seguir ofreciendo productos singulares, si como tales podemos calificar a la versión orquestal de ‘Paradysso’ y a esta regrabación de un repertorio ya conocido, a la manera en que muchos grupos plantean a veces el repaso a su propia historia.
Jorge, quien de algún modo ejerce de portavoz del cuarteto, comparte con su hermano la respuesta a la reflexión colectiva sobre el cuidado que ambos y sus compañeros procuran de la marca-madre. Este celo les ha permitido mantener proyectos paralelos como esos Skizoo y Savia que por cierto también figuran en la gira de su trigésimo aniversario. A colación de esta fórmula en directo surge la duda de cómo adaptarán el formato a las limitaciones de los festivales masivos en los que van a participar.
Tal y como se puede apreciar en las imágenes, la caja en tamaño CD o LP de “Retorcidos” es el orgullo de los Sôber de 2024. Los contenidos son merecedores de un buen repaso por parte de sus mentores, que están cuales niños con videoconsola nueva ante la variedad de fetiches y formatos adicionales de sus lotes, tanto el convencional como el que incluye 33RPM y single de vinilo.
Las razones que justifican la impactante portada del producto son también objeto de puesta en común por parte de Sôber, tal y como sucede con los cuatro singles previos que han sido elegidos para dar salida a esta ambiciosa producción. Cada uno de ellos ha contado con su propia ilustración y como tales se incluyen en el cofre: “Brazos altos, caras bajas”, “Habitación 208”, “Hijos del miedo” y “Tiempo”.
Ya en la parte final de la entrevista se plantean algunas cuestiones paralelas, como ese “techo de cristal” que parece impedir que la banda acceda a la parte con más enjundia del negocio, pese a su trayectoria de décadas y la calidad incuestionable de su sonido. Tres de estos ejemplos son sus colaboraciones -posibles o pasadas- con artistas que les puedan otorgar un mayor reconocimiento, la posibilidad de que alguna plataforma realice un documental sobre la banda o la inclusión de la formación en el cartel de festivales Indies o de programación más abierta que los netamente rockeros.
Otra duda del entrevistador se refiere a la gran cantidad de grupos que suenan a Sôber, especialmente cuando se trata de las producciones firmadas por los hermanos Escobedo. Ese mimetismo con su sonido por parte de grupos que les admiran y pretenden emular su registro merecía un apunte por parte de quienes son ya unos avezados ingenieros de sonido amén de músicos instrumentistas.
Y para acabar con la (aún) más rabiosa actualidad, Jorge comenta su experiencia como actor en la película rockera del año, ese “Por tus Muertos” que el próximo viernes estrena el debutante en la realización Sayago Ayuso.
Leo Cebrián Sanz