«Zurriagazo» es la palabra que a mediados de la década de los 70 todos los españoles repetían como parte del estribillo de una canción del humorista Fernando Esteso. Aquel «Ende que te vi que te di el primer zurriagazo» provoca vergüenza ajena pasados los años, pero por fortuna esta banda leonesa está limpiando el significado del término con otro tipo de connotación, en este caso de verdadera reivindicación y protesta anti-social. Los «compis» son Adriano (guitarra y voz principal), Mario (bajo y voz) y Jesús (batería y voz).
Su último disco tiene un título que, como diría Rosario parafraseando el de su reciente álbum (“Te lo digo todo y no te digo na”), va al meollo de la cuestión social: «Cada Vez Más Solos, Pero No de Guitarra». Aunque pueda parecer que se refieren a la sociedad tecnificada de nuestros días -que también-, la frase es una denuncia de la despoblación rural, un problema acuciante en su región. El tema estrella fue «La pensión», al que apoyaron con un videoclip.
Sus once temas son una fiesta compartida con colaboradores de Lendakaris Muertos («Des-conexión» e «Impuestos»), Fe de Ratas («Repartiendo leña»), MCD («No nos pueden detener») y No Konforme («Punk-punk-punk»), en una línea muy similar a sus cinco grabaciones anteriores: «Atrapado» (2017, Maldito Records), «Reflexión» y «Arreando Que Es Tarde» (ambos en 2016), «España Caníbal (España Caníbal)» (2014) y «Paripé Deporte Nacional» (2013).
Zurriagazo es un nombre habitual en el circuito del Punk-Rock social dentro de Castilla-León, por cuyas provincias se pasean con regularidad por cuantos festivales y convocatorias les resultan afines. Los sopapos los dan desde Villar de Mazarife, pero amplían su radio de acción a todo el norte peninsular y la cornisa cantábrica. Ese fue el sino de su última gira: «Atrapado en el tourazo», que les mantuvo ocupados entre octubre de 2017 y diciembre de 2018. Alto tan extenso comenzaba a perfilarse en el horizonte de su calendario, pero la maldita pandemia ha congelado el motor de su furgoneta.
Leo Cebrián Sanz