Según nos contaba uno de sus responsables, la edición de este volumen dedicado a Madrid de la serie recopilatoria “Condenados al Olvido” ha sido uno de los más complicados de realizar. Pese a lo que pudiera parecer al tratarse de uno de los polos del negocio en España, la capital no siempre ha sabido reconocer su enorme legado de música dura en los años 80.

Algunos de los músicos implicados han puesto más trabas de las deseadas, pero por fin podemos escuchar en el lector de CD esta joya de la arqueología musical que es  “Condenados al Olvido VII. Especial Madrid”. El mimo y la profesionalidad con la que se han recuperado estas maquetas sigue la misma línea de excelencia del resto de la colección. Las biografías están muy trabajadas -con textos en inglés para el mercado internacional- y las reseñas se adornan con imágenes inéditas en blanco y negro y color, entradas de conciertos, portadas de maquetas y ediciones discográficas compartidas, logotipos y dibujos identitarios de un par de bandas, etc.

Las demos que se incluyen oscilan datan de los años 1981 (Pielmetal), 1985 (Ácido y Top Secret), 1986 (Caballo de Hierro y Soga) y 1988 (Dumper). Hay para elegir en este amplio muestrario de la escena más subterránea del Heavy Metal madrileño, pero resulta inevitable manifestar algunas preferencias, siquiera por el interés histórico de ciertos grupos.

Pielmetal fue una formación en la que coincidieron el guitarrista Jerónimo Ramiro y el batería Bernardo Ballester, a quienes posteriormente se uniría el guitarrista Tony Acebes -también cantante para la ocasión-. Ellos pusieron la base de una banda que llegó a grabar varios temas posteriormente “heredados” por los populares Bella Bestia (“Rocanrolero” y “Un puntapié en el trasero”), e incluso alguno por Santa. Nuestro segundo favorito es Top Secret, cuarteto en el que encontramos a Narciso López-Tercero “Narci” -de los extintos Babel y Goliath y los ahora recuperados Júpiter- y el fallecido batería José Antonio del Nogal “Ramakhan” (ex-Barón Rojo).

La lista de nombres propios más o menos destacados se entrecruza de un proyecto a otro, lo que refleja el agitadísimo panorama musical del Foro en aquella década. Desenredar esa madeja resulta divertido y casi enciclopédico, pero otorga a cada músico el reconocimiento y la visibilidad que raramente han podido disfrutar.

Los grupos protagonistas provienen de barrios como Carabanchel Bajo (Ácido) y localidades como Getafe (Caballo de Hierro), San Sebastián de los Reyes (Saga) e incluso Aranjuez (Dumper). Son historias recurrentes de participaciones en el concurso Villa de Madrid, certámenes locales de mayor o menor trascendencia y, nunca conviene olvidarlo, servicios militares obligatorios que frustraban la proyección y el desarrollo de los esfuerzos colectivos.

Y qué decir del “portadón” que se ha marcado el ilustrador oficial de la casa, José Antonio Vives, quien ha reflejado a unos presos de las tropas napoleónicas francesas a su paso por la Puerta de Alcalá. La muerte y su guadaña acompañan el paso del carruaje hacia su fatal destino, con el fondo de un cielo muy poco velazqueño, que más bien resulta amenazante y apocalíptico en su onírica paleta de colores.