“¿Dónde estabas tú?” es el interrogante que se plantean Carlos Ramírez Villafáñez y Miguel Orrasco en este libro de cuya existencia nos hemos tenido noticia hasta hace apenas unos días. Por fortuna, una visita turística a la ciudad castellana nos ha permitido dar por casualidad con esta “Historia musical Pop Rock de Valladolid” en el periodo de tiempo comprendido entre 1975 y 2005. Cuatro años después de esta última fecha el Ayuntamiento de la localidad publicó 610 páginas de una auténtica enciclopedia sobre la cultura musical contemporánea de la capital y su provincia.

Tras la presentación de la idea original y un prólogo titulado “Bajo las ruinas, suenan guitarras”, los dos investigadores firman una introducción a este recorrido de varias décadas por la música vallisoletana más joven y apegada a su tiempo. Una vez presentados los nombres locales más relevantes llega el turno de los conjuntos pioneros y sus posteriores émulos de los años 80, 90 y la primera década de este siglo, todo ello en un escrupuloso orden alfabético.

La segunda mitad de este volumen a tamaño DIN A4 se desglosa en un amplísimo abanico de todo lo relacionado con la música y su circunstancia. Atención a la lista de este prodigioso “todo incluido”: “Jazz y otros estilos musicales”, “Conciertos y salas de conciertos”, “Los discos”, “Pinchadiscos, DJs y otras aves nocturnas musicales”, “Sellos discográficos, productoras y estudios de grabación”, “Tiendas de instrumentos”, “Las tiendas de discos”, “Las ferias”, “Salones del disco y exposiciones”, “Los “garitos”, la Pérgola, las tertulias y el ambiente”… Un descanso…

Y continuamos: “La provincia”, “Castilla y León”, “Música en el Estado”, “Música internacional”, “La radio”, “Otros medios de comunicación y la música Pop Rock”, “Fanzines”, “Cantarranas”, “Las excursiones”, “La música y los centros de enseñanza. Colegios, Institutos y Universidad”, “La Zona Sur”, “La moda”, “Las tribus urbanas”, “Mitomanías, fans y merchandising”, “La música y el cine”, “Vida social: guateques, fiestas y botellón”, “El deporte”, “La política”, “Sexo, drogas y Rock & Roll”…, “Conclusiones” y “Documentación y agradecimientos”.

Como extraño colofón, dos CDs ofrecen un total respectivo de 26 y 24 pistas, aunque por mucho que miramos no conseguimos encontrar en el libro un listado o guía de quiénes son los artistas o grupos de los que se ofrecen estas pinceladas musicales. Un fallo desconcertante si consideramos la ambición propia de esta obra, que no obstante se nos antoja imprescindible para quienes coleccionan todas esas historias locales de la música Pop y Rock que han surgido en cada ciudad o territorio en estas dos últimas décadas.

Leo Cebrián Sanz