La estrecha relación de esta web con el proyecto documental «Ellas son eléctricas» nos está permitiendo conocer aspectos desconocidos u ocultos de la historia del Rock Duro y Heavy Metal nacional. Uno de los flecos de la investigación que están realizando los promotores de este interesante proyecto multimedia es el descubrimiento de grabaciones hasta ahora desconocidas.

Hace unas semanas dimos a conocer uno de los temas que grabó el bajista Pedro Bruque con Manolo García, cantante de El Último de la Fila, y hoy nos admiramos ante el sonido de Tigres de Metal, una de los nombres propios más relevantes de esa escena barcelonesa que dio personalidad propia a la música dura de los ochenta.

En la grabación de las dos canciones inéditas de la formación catalana de Heavy Metal participaron José Antonio Manzano (voz), Albert Pont (guitarra), Pedro Bruque (bajo) y David Biosca (batería). La banda fue la continuación natural del primer grupo de Manzano, Tebeo, que se planteó como la alternativa barcelonesa a los madrileños Tequila. La trayectoria artística de aquel quinteto se vio influida por los nuevos sonidos duros, y en cuanto pudieron sus músicos retomaron su actividad bajo un nombre distinto y con un guitarrista menos.

Entre 1982 y 1983, Tigres de Metal grabó una maqueta con la que Barcelona comenzó a figurar por fin en el mapa del incipiente Metal en castellano. El grupo tuvo la oportunidad de telonear a dos grandes referentes internacionales: Motörhead (en la Ciudad Condal el 19 de noviembre de 1982 y tres días después en Madrid) y Saxon (abril de 1983). Sólo habían transcurrido seis meses desde su fundación cuando ya estaban abriendo para nombres de primera fila en el estilo, lo que reflejaba el óptimo momento del Heavy Metal en España… y la predisposición y/o habilidad de los promotores a la hora de incluir a formaciones nacionales como apertura de las estrellas extranjeras.

El último concierto de Tigres de Metal se celebró en Huesca, donde abrieron la noche para Barón Rojo en julio de 1983. Poco después se produciría la disgregación del cuarteto, dos de cuyos músicos -José Antonio Manzano y David Biosca- fueron fichados por Salvador Domínguez para la segunda encarnación de Banzai. Por su parte, Bruque y Pont seguirían por la senda ya abierta y unirían sus destinos a los de Jimmy Reitz y Paco Estrader, respectivos cantante y batería del grupo Oro. Juntos no tardarían en ser Tigres de Oro y ya definitivamente Tigres en 1984.

El rescate de este material debe mucho a la intervención de Aurora Lombó, viuda de Pedro Bruque, y José María Esteban, veterano periodista al que entrevistamos hace varias semanas, cuya relación con el bajista se remonta a los tiempos de Evo, banda de la que Esteban fue manager.