“Mariano García. La Visión de una Época” fue el título genérico de un recopilatorio publicado en el año 2000 por el sello Boa. El álbum contó con la ayuda directa y la supervisión del famoso locutor de radio, cuyo nombre era por entonces garantía de un cierto éxito mediático en la difusión de cualquier producto relacionado con el Rock español.

El DJ radiofónico resumía así la intención del álbum en la parte trasera del compacto: “El disco que tienes en tus manos es un reflejo de lo que fue para muchos seguidores del Rock, grupos y sobre todo para mí, una inolvidable época y que he tratado de resumir en este recopilatorio con un puñado de esas bandas y temas…”.

El resto del texto escrito por Mariano presidía la tercera página del libreto, que se reproducía sobre una imagen del pasillo de la estación de Metro de San Blas. De esta misma localización se ofrecían distintas tomas, perspectivas y detalles en cada una de las páginas del cuadernillo o CD, inmortalizando en ellas sus puertas de acceso, escaleras y cartelería.

El creador del programa “Disco-Cross” se expresaba del siguiente modo en su semblanza de aquellos tiempos dorados que este lanzamiento discográfico honraba y reivindicaba: 

“Lo más agradable que siento en estos momentos cuando escribo esta introducción al disco “La Visión de una Época” es que sé aquello que en un principio parecía una locura, después se ha comprobado que fue un gran acierto porque de ahí salieron importantes grupos de Rock español que hicieron que el movimiento rockero continuara vivo tanto al nivel de venta de discos como de conciertos.

Muchos os preguntaréis cómo se me ocurrió la idea de montar una compañía discográfica (Barrabás) y comenzar a producir. Pues todo comenzó una noche en el pub Moby Dick, entre cervezas, en el que por aquel entonces era el cuartel general del líder de Ñu. Aquí vi precisamente a un José Carlos Molina a punto de tirar la toalla musicalmente destrozado por los últimos palos que su compañía discográfica, Chapa Discos, le estaba dando.

Fue a partir de ese momento cuando un grupo de gente nos pusimos a trabajar, cumpliendo cada uno su cometido para alcanzar el objetivo: machacando los temas en el programa de radio “Disco-Cross”, pincharlos en las salas de Rock que pertenecían al sello (Canciller, Barrabás, Sukursal, Studio Rock…) y en algunos de estos locales montarles los conciertos y básicamente las presentaciones, con el despliegue de prensa que por esos años se nos permitía.

De esta manera lancé a unos y relancé a otros grupos que recordamos en este disco recopilatorio que tienes”.

La selección de grupos y canciones correspondía exclusivamente al catálogo del sello independiente Barrabás, del que se encargaba por entero el propio periodista musical. En el libreto García recordaba a cada banda con un párrafo en el que contextualizaba su fichaje y el interés concreto que había motivado su incorporación a la escudería de la que era coordinador.

Porretas estaba representado por dos temas del disco “Que Se Vayan a Hacer Puñetas” -1991- (“No al servicio militar” y “Ahora lo llevamos bien”) y “Si Nos Dejáis” -1992- (la que daba título a ese álbum y “La tía María”). Por su parte, Boikot aportaba repertorio de “Los Ojos de la Calle” -1990- (“Esperando en el Metro” y “Sin pena ni gloria”) y “…Con Perdón de los Payasos” -1992- ( “Eskeletos Radiaktivos” y “Serrindemadriz”), de la etapa del grupo con Ronko a la voz.

La segunda parte del compacto rescataba el legado de Leize, cuya trayectoria se resumía en cuatro pistas de sus tres discos para la casa: “Buscando… Mirando” -1989- (la propia ”Buscando…” y “Futuro para mí”), “Acosándome” -1991- (ídem) y “Loca Pasión” -1993- (“No me llores”). Finalmente, Madrid volvía a ser protagonista del recopilatorio con una buena muestra de la fase Barrabás de Ñu, legendaria formación que aportó cuatro LPs a la marca: el directo “No Hay Ningún Loco” -1986- (con el tema título), “El Mensaje del Mago” -1987- (“Amor en el cielo”), “Vamos al Lío!! -1988- (“El tren azul) o su segunda grabación en vivo “Imperio de Paletos” -1992- (“Imperio…”).      

Leo Cebrián Sanz