La primera obra musical del cuarteto Shurakay, “Overseas tales” (“Cuentos de ultramar”), está publicada en formato físico (doble CD) y en plataformas digitales: https://linktr.ee/Shurakay. Es un doble trabajo conceptual en el que cada canción cuenta una historia a través de la música totalmente recomendable para los amantes del Rock Progresivo “o Sinfónico, como se le solía llamar en los setenta”, según palabras de la banda.

Le hemos pedido a Dani Payá, guitarrista, que seleccione a sus artistas favoritos, pero Dani nos ha sorprendido con unas declaraciones sobre su vida, personalidad y gustos musicales, y un montón de menciones que os pueden venir muy bien para debatir. Es tanto, que os lo hemos ofrecido en tres partes; esta es la última.


Rap, Hip Hop

En los ochenta surgió la explosión rapera a través del break dance. Al menos así viví la inmersión en este mundo callejero, de grafitis, batallas de bailoteo –piques-, bandas y estética chandalera con zapatillas de deporte, generalmente de baloncesto, con cordones anchos y de colores llamativos. Además, quien podía permitírselo, llevaba un reproductor de casetes portátil, ¡un loro, vaya!, y a bailar en cualquier sitio en el que el suelo fuese resbaladizo o lo bastante liso como para poner un cartón grande sobre el que break-dancear. La verdad es que estábamos pillados. Después salieron las pelis de Beat street, Breakin’ y Electric boogaloo. Y Body rock con Lorenzo Lamas, ja, ja… aprovechando el tirón comercial del movimiento. Si mezclas todo eso con los años de popularidad de la serie Fama en televisión, más la moda de ropa deportiva y la eclosión de la NBA en la tele y prensa españolas, el Rap/ Hip Hop tuvo el caldo de cultivo necesario para cuajar, especialmente en los barrios obreros. Años de neones de colores contrastando con rincones oscuros, fábricas abandonadas, callejones, descampados y muchas horas de calle, muchas… Unos años después, los institutos estaban plagados de jóvenes con camisetas de Run DMC y Public Enemy. Se había convertido en moda y se había diluido gran parte de la esencia. Como rasgo significativo, casi nadie sabía que las letras de Public Enemy se cagaban en los blancos y en la brutal represión que estaba sufriendo la comunidad afroamericana desde que los habían transportado como esclavos a los States. Spike Lee y su peli Haz lo que debas dan testimonio de ello. Así que la gente empezó a llevar camisetas de los Enemy por pura estética, como ha pasado con las famosas camisetas del Che. Si tuviera que quedarme con alguno de los grupos, sería precisamente con Public Enemy, por su mensaje, su persistencia y sus bases demoledoras. Un grupo lleno de personalidad, determinación y energía.

Otros favoritos son: Africa Bambaata, Beastie Boys, El Chojín, Eminem, Grand Master Flash, Harry Belafonte Jr., Jazzy Jay, Juicy, LL Cool J, Mantronix, Natch, Public Enemy, Run DMC, Salt ’N’ Pepa.


Tradicional, Bretona, Música Antigua

Este bloque temático vuelve a tener la raíz en casa. Mi abuelo, por parte de madre, me llevaba muchos sábados a visitar castillos y pueblos medievales cercanos. Cogíamos el tren y era barato, porque él era jubilado y le salía gratis y yo pagaba billete infantil, y nos íbamos de aventuras con dos duros en el bolsillo. Esto me provocó un interés enorme por los castillos, ermitas, todo lo medieval… así como cualquier construcción de piedra antigua. Y supongo que, por el cine y la televisión, relacioné esos mundos con la música medieval, que en realidad venía siendo la música de raíces celta, bretona, renacentista y la catalogada después como música antigua. A la par, en casa se escuchaba mucho a Alan Stivell, Jarcha y otros grupos del estilo. Ya me interesaba esa música pero, a partir de tocar la guitarra, empecé a chapucear con una flauta dulce melodías de grupos como Gwendal o el mismo Alan Stivell, así como invenciones propias. Fue el primer estilo que me llevó a intentar tocar melodías y bajos a la vez con la guitarra, todo un reto para alguien que no tenía ninguna formación académica. Me pareció una faceta fantástica del instrumento, te hacía autosuficiente. Mucho después fui viajando a Francia y descubriendo a otros intérpretes, especialmente de la tradición bretona. También allí descubrí el hang, gracias a ver y escuchar primera vez en Carcasona a Curt Ceunen tocando en la calle. En Cataluña tenemos a músicos como Jordi Savall, erudito tanto en el campo de la interpretación como de la investigación musicológica. Uno de los últimos descubrimientos fue John Doan, tocando sus guitarra–arpas y con una producción muy cuidada en sus trabajos.

Mis elegidos: Alan Stivell, Curt Ceunen -hang, instrumentos tradicionales-, Dufay, Gwendal, Gwennyn, John Doan, Jordi Savall, Josquin Des Prez, Les Ramoneurs de Menhirs, Louise Ebrel, Tri Yann.


Solistas

Aquí junto a todos los que quedaban fuera de las otras categorías. Desde Marley a Vai, Joy Division, Mike Patton o Miguel Ríos. Todos ellos han sido muy importantes en mi formación:

Albert Pla, “irreverente” como le llaman algunos, “terrorista cultural” para otros; para mí es alguien que tiene la valentía de llamar a las cosas por su nombre y el arte de decirlas de manera sarcástica. Es como esas personas que tienen la capacidad de llamarte ‘hijoputa’ en la cara, pero no puedes evitar reírles la gracia. Eso es un arte que no todo el mundo tiene.

Aretha Franklin me parece la mejor cantante de la historia. Una virtuosa de la técnica que supo utilizar ese don para potenciar al máximo el sentimiento. Además, marcó escuela, tanto en lo artístico como en lo personal, ya que fue una mujer que rompió moldes en su época. En el sentido de su vida personal, casi a la par tenemos a Tina Turner librándose de la tiranía de Ike. Desgraciadamente no todas acabaron igual de bien, como Whitney Houston, otra privilegiada por la naturaleza que, al parecer, no supo gestionar con acierto su vida ni su carrera. Evidentemente, para mí, eso no le quita calidad como cantante.

El pack guitarrístico Hendrix, Santana y Mike Oldfield, que pertenecen a una época de guitar-heros diferente a las posteriores. Me cautivan por su manera de frasear, su imaginación compositiva y su capacidad para cuidar los detalles y las sutilezas. No olvidemos que Santana, junto a su banda setentera, hacía temazos progresivos con interesantes juegos rítmicos y tímbricos, pero de fácil escucha para el gran público; siempre con ese punto chamanístico, al igual que Hendrix, rodeado de una mística ritual. Oldfield me parece todo imaginación y sin límites o barreras a la hora de beber de cualquier fuente. Muy transgresor tanto como compositor como guitarrista, ya que sus técnicas son muy personales y desarrolladas sin una educación oficial. Es esto, básicamente, lo que diferencia a los primeros guitar–heros de los siguientes.

Después ya van saliendo guitarristas más formados académicamente. Este sería el pack Satriani, Vai, Blues Sarraceno y otros muchos. Guitarristas técnicamente espectaculares, aunque no todos ellos han demostrado una capacidad creativa a largo plazo. Vai me parece un maestro, digno de mención como alguien que ha sabido renovarse y superarse, probando diferentes palos dentro de su estilo, ensanchando límites. Todo un ejemplo a seguir.

Neil Young, icono de autenticidad, un corazón folk de oro con ropaje rockero. Un gigante que ha marcado a generaciones y ha influenciado a músicos de diferentes estilos.

Tribal Tech fue una banda que me animó a entender que se puede vivir de la música improvisada, salirse del circuito comercial dominante y apostar por tus ideas, por muy locas que sean para la restrictiva educación que recibe el oído del gran público. Tuve el privilegio de tener como profesor durante tres años a Gary Willis, bajista y compositor de la banda. Toda una experiencia.

Joy Division es el grupo de punk rock que más me gusta. Siempre me han parecido genuinos, provenientes de un ambiente obrero, sin formación académica, un claro ejemplo del do it yourself. Sus letras, poéticas, oscuras, retorcidas a veces, pero claras y directas.

Miguel Ríos fue una influencia enorme en mi infancia. Mis padres habían acudido al concierto “Rock & Ríos” y, desde entonces, ese doble disco no paró de sonar en casa. Me sabía las letras de memoria de tanto escucharlo, incluso cantaba lo que hacían los instrumentos. Una vez montamos una maqueta con los clicks de Famobil del concierto. Poco después, cuando hizo otra gira, mis padres me llevaron al concierto. Recuerdo que tocaban, en este orden, Luz Casal, Leño y Miguel Ríos. Fue en el Campo del Gas. Como era pequeño, se las ingeniaron para esconderme y colarme. El hecho es que tenía algo de fiebre y, al día siguiente, estaba perfectamente. El ritual del concierto me había curado. ¡Rock sanador!

Destaco a: Albert Pla, Aretha Franklin, Blues Sarraceno, Bob Marley, Jimi Hendrix, Joe Satriani, John Zorn, Joy Division, Miguel Ríos, Mike Oldfield, Mike Patton, Neil Young, Santana, Steve Vai, Steve Wonder, Tina Turner, Tribal Tech y Whitney Houston.