Escribir sobre Luis Massot es hacerlo sobre un músico fundamental del Rock en las Islas Baleares, donde tiene el prestigio propio de un auténtico veterano de esta música desde sus tiempos en los apreciados Elikat. El vocalista, instrumentista y compositor pasó de hacer Hard Rock a finales de los años 80 y comienzos de los 90 a elaborar un depurado Rock Duro de raíces aflamencadas y claras concomitancias con el Rock Andaluz de, por supuesto y por ejemplo, Medina Azahara. Con su banda Taifa ha aportado una curiosa visión del estilo desde la óptica mediterránea e insular, labrada a base de trabajos de aparición regular y constancia enviadable.
Con su base de operaciones artísticas en la capitalina Palma de Malllorca, Luis ha cantado desde 1998 y tocado el bajo desde seis años más tarde. Además de los nombres citados, en su trayectoria artística también encontramos otros muchos proyectos, como Acero -no confundir con los alicantinos-, Cuarta Dimensión, Drakkar, Gorg Blau, Mr. Cheese, Ziryab o su propia carrera en solitario.
La discografía de sus más significativos Taifa es bien rica y extensa e incluye los recientes álbumes “Embrujo” -también con versión en inglés- y el vídeo de “Acústico embrujado”, publicados respectivamente en 2016 y 2019. A ellos hay que sumar el relato escrito de su experiencia en tierras magrebíes, donde ha actuado en varias ocasiones.
El libro “Marock. O las aventuras de una banda de Rock en Marruecos” tiene su traslación musical en versión acústica y como tal se presenta en un recital de íntimo formato en el bar La Mazmorra (Avenida Real, 15), que está situado en el barrio madrileño de Vicálvaro. La cita se plantea como un evento especial, ya que contará con dos colaboraciones: la de la bailarina Ana Blanco y el guitarrista Juan Antonio Abades, quien fuera titular en la pionera formación Malena y Belcebú.
Leo Cebrián Sanz