Hablar de Ola Englund es hablar de una figura muy polifacética dentro del mundo del Metal. Guitarrista de origen sueco, ha formado parte de bandas de renombre como Six Feet Under (comandada por el vocalista Chris Burns, ex-Cannibal Corpse), con la que registró un álbum, o The Haunted, su grupo actual -formado por antiguos miembros del conjunto de Death Metal melódico At The Gates-. Con ellos totaliza un EP y dos álbumes desde su ingreso en 2014, además de haber grabado con su proyecto ‘Feared’ nada menos que ocho álbumes desde su creación en 2007. Por si esto fuera poco, tiene un canal de YouTube bastante activo, en el que entre otras cosas sube desde versiones a demostración de equipamiento musical. De hecho, es el fundador de una marca de guitarras, Solar Guitars -afincada nada más y nada menos que en Girona-. Ahí es nada.
El nuevo reto al que se ha enfrentado ahora el guitarrista sueco ha sido la elaboración de su primera obra en solitario, ‘Master of the Universe’, un álbum compuesto íntegramente por él. Englund ha contado con el baterista Delta Empire (también youtuber y famoso por sus covers de Metal) para la grabación de las baterías del disco y con la mezcla y masterización de Ermin Hamidovic. Ambos han contribuido a la creación de un álbum puramente instrumental, que supone la culminación de varios meses de trabajo (e incluso años). En mi opinión, Englund ha querido apartarse ligeramente del Metal puro y duro que le caracteriza y apostar en su lugar por sonidos más diversos.
Si hay una palabra que define este primer álbum de Ola Englund es, sin duda, «variedad». Pese a que en los seis cortes que componen el disco existe una clara carga de Metal, no es este el sonido preponderante. Es más, se incluyen los suficientes matices y “toques” como para romper esta “monotonía” metalera: desde la inclusión de notas de piano a pasajes propios del Jazz -con saxofón barítono incluido-, pasando por una gran cantidad de melodías, que a la postre resultan de lo más elaborado de ‘Master…’.
Una de las cosas que más me han gustado de este debut en solitario ha sido precisamente eso: el buen equilibrio entre melodía y agresividad que hay en todas las canciones. Además, este ‘Master of the Universe’ no es en absoluto el típico álbum de un guitarrista que se limita a solear y al shred puro y duro durante todo el tema. Hay solos, sí, pero son melódicos puros y no dejan de tener la naturaleza de detalles, sin que su papel ocupe el centro de los temas. Destaca mucho más la carga e importancia que tiene la creación de atmósferas a la hora de transportar al oyente a otros lugares.
El álbum comienza con ‘Pizza Hawaii’. Desde los primeros arpegios se puede apreciar ese interés en crear una atmósfera que “envuelva todo el tema”. Sus arpegios abren paso a un riff de guitarra que recuerda al Hard Rock de los 80 -como Van Halen-, pero sin ser una pieza puramente en esa onda. En este tema ya se pueden apreciar esos solos melódicos (como a doble guitarra) e incluso detalles como un acompañamiento coral. La primera parte, más melódica, pasa a una segunda ligeramente más oscura que la primera. Con todo, Ola nunca deja que sea el discurso protagonista, ya que siempre inserta melodías para contrastar.
El siguiente título en aparecer es ‘Cerberus’, un tema oscuro y potente, donde el Metal está mucho más presente. Su riff inicial me ha recordado a Gojira: grave, pausado y potente. Además, el acompañamiento de Delta Empire a la batería refuerza lo ya descrito. Su potencia pura y dura a las baquetas mantiene su contundencia en los siguientes riffs del disco, con unas guitarras oscuras entre las que se intercalan y mezclan arpegios limpios, con el objetivo de crear la atmósfera adecuada y unas guitarras muy graves cuya misión es meter más agresividad. El primer solo del tema, con guitarra con puente flotante incluido, recuerda mucho a Steve Vai (confesa influencia de Ola), sobre todo en las melodías que abren la pieza. El final del tema incorpora un punteo final a doble guitarra, con reminiscencias al Death Metal Melódico sueco.
‘Solar Part 1’ es el tema más largo del álbum y a mi juicio el mejor del mismo. Fue la primera canción compuesta por el guitarrista, en 2014, y condensa perfectamente la filosofía del disco. Ese contraste entre melodía y oscuridad impera en los primeros compases del álbum, con la apertura de unas líneas de piano interpretadas por el propio Ola y aderezadas por pequeños rasgueos de guitarra acústica. La composición va creciendo poco a poco hasta desembocar en un tramo de Funk puro, en el que incluso Ola mete unos pequeños slaps al bajo. Mención aparte merece Delta Empire, un baterista muy apegado al Metal, que en el disco demuestra una gran versatilidad en la percusión. El tema finaliza por todo lo alto con un solo melódico, ascendente y épico, como si de la calma después de una tormenta se tratase.
‘That Youtube song’ es una vuelta al “metaleo” puro de aires Thrash y Death, con un bajo distorsionado, un riff demoledor y un ritmo de batería potente y rápido. Tras este inicio se pasa a un tramo más lento -con mucha carga de Groove-, que se va desenvolviendo poco a poco sin que la melodía esté tan presente como en los temas anteriores. La atmósfera en esta composición resulta caótica, pesada y disonante; se mantiene hasta el final, sin tener ese contraste que tanto he comentado durante el análisis.
El tema se puede incluso considerar como un interludio entre ‘Solar Part 1’ y ‘Solar Part 2’, ya que comienza como finalizó la primera parte, con tesituras más alegres y “brillantes”, y las melodías como protagonistas. Este inicio pronto va tergiversándose y volviendo su desarrollo cada vez más oscuro. El ritmo consistente y contundente de Delta no llega a ser arrollador, pero acompaña al tema hasta que éste rompe. Es entonces cuando las revoluciones bajan por completo de sopetón y se pasa a un tramo de puro Jazz intimista y solemne. En esta parte la batería y el piano acompañan la labor del sueco Jonas Kullhammar al saxofón barítono, que se convierte así en el instrumento solista en este tramo de pausa del álbum.
La sensación aún se mantiene en la salida de esta calma, con un ritmo a la batería más consistente y arpegios distorsionados de guitarra. Todo ello da una sensación de caos que se crea poco a poco. Incluso Kullhammar ejecuta algunas notas muy agudas, que incluso parecen gritos de dolor. El tema juega constantemente con el contraste entre el acompañamiento suave de piano y batería y el intercambio del rol protagonista entre el saxo y la guitarra. ‘That Youtube song’ finaliza de una manera totalmente distinta a la primera parte, con agresividad, riffs potentes y cortantes y manifiestos aires de Groove.
El tema de cierre corre a cargo de ‘Slutet på Skivan’, título en sueco que traducido significa literalmente «final del álbum». Y eso es lo que es, un outro que comienza con un piano melancólico y se abre a unas guitarras disonantes y muy potentes, con ciertos aires épicos. Su sonido se acompaña de fondo por unos fills de batería simplemente geniales, que abren paso a un ritmo complejo con muchos juegos de platillos. Con ellos llegamos a un tramo final que recuerda a una partitura propia de un musical, algo vacilón, alegre, como si fuera el hilo musical de fondo de unos créditos. Un tema que, sin mucha pena ni gloria, cumple su función: que suenen las últimas notas del disco.
En definitiva, ‘Master of the universe’ es un disco notable en general y un buen debut en solitario, con una propuesta efectiva y que se aleja del shred puro y duro y del “solo perpetuo”. Ola prefiere apostar por un importante uso del contraste entre oscuridad y luz. Las melodías y los riffs, junto con las atmósferas, son de lo mejor del álbum. Englund ha querido explorar en este álbum otros terrenos más ajenos al Metal y le ha salido notablemente bien. Engorda así el perfil de un músico polifacético, cuyo primer lanzamiento en solitario nos ha proporcionado una muy cercana y acertada radiografía de su persona.
Miguel Ángel Dávila Prieto
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