Después de “Inopia” -año 2020- Ratones Koloraos vuelven a estar en boca de todos con “Inopiados”. Ahora se trata de un disco de seis canciones de muy variados colores, que no todo es kolorao en el rico mundo musical del trío madrileño.
Nos juntamos con los tres protagonistas: Eli K (cantante y guitarrista), Epi (bajista) y Tomi (batería), y la conversación fluye…
por Jon Marin
A partir de 2020 parece que volvisteis a coger impulso gracias a la edición del EP “Inopia”. ¿Qué balance hacéis de cómo fue recibido el disco y sus consecuencias?, porque nos dijisteis que había sido el trabajo más exitoso desde vuestro primer LP homónimo.
Epi: El balance es superpositivo. “Inopia” fue un éxito a pesar de salir el mismo año de la pandemia y que la gente dejara de ir a los conciertos. Nuestro público nos siguió y, luego, cuando volvió la normalidad, lo hizo por toda la península en nuestros conciertos. Eso, sin duda, es motivo de alegría.
Sí, porque cogisteis la carretera con fuerzas tras la pandemia dando bastantes conciertos. ¿Cómo se encontraron los Ratones Koloraos sobre el escenario?
Tomi: Muy bien porque nosotros donde mejor nos sentimos es en un escenario, es donde lo vivimos de verdad y eso se transmite al público. Seguro que te gustan más Ratones Koloraos en directo que en estudio, ¡seguro!
De nuevo optáis por el formato EP, cinco años después, con “Inopiados”, aunque ahora con seis temas. ¿Por qué así y no un larga duración?
Epi: Hemos metido un tema más que en “Inopia” por darle más color al nuevo EP. Nos hubiera gustado hacer un LP, ¡no será por canciones!, porque Eli no para quieto en ese aspecto y está que se sale con las composiciones. Pero el tema del presupuesto y toda la producción ejecutiva que conlleva esto lo ha hecho inviable para nosotros sin que nadie nos ayude.
Llamar “Inopiados” al nuevo EP ¿es porque los temas son de la época de “Inopia”, por darle una continuidad… o por otra razón?
Tomi: “Inopiados” es la confirmación de que estamos en la inopia al cuadrado. Y sí, puede ser la continuación… o no, pero seguro que no te deja indiferente.
-Ya, eso me queda claro, je, je…
¿Cómo ha sido el proceso de grabación de la nueva obra, algo relevante que destacar?
Epi: El proceso fue muy rápido para la mucha imaginación que habíamos desarrollado. Aun así, con poquísimo tiempo, ha quedado plasmado casi todo lo que buscábamos.
La portada nos ha gustado mucho y está muy elaborada. ¿De quién fue la idea y diseño?
Tomi: La portada y la contra las diseñamos Epi y yo con la ayuda de Arturo Santos. Las teníamos siempre en los ensayos puestas en el ordenador y, entre canción y canción, íbamos retocándolas.
De las seis canciones de “Inopiados” elegid algunas al azar y habladnos de ellas.
Epi: Voy a elegir “Asesino sonriente” porque es una pasada de canción, “A duras penas” porque es el viaje al interior, y “Todo lo ke kalkulo” porque es eficaz, fresca y adictiva.
Precisamente “Todo lo ke kalkulo” es el primer sencillo y videoclip. ¿Lo habéis escogido por lo que ha dicho Epi?
Tomi: Sí, porque es adictivo, como dice Epi, y añadiría que es el más provocador.
Una curiosidad: ¿Por qué casi nunca utilizáis las letras ‘c’ y ‘q’ y siempre las sustituís por la ‘k’?
Eli K, que extrañamente se había mantenido en silencio hasta este momento, es quien responde por fin:
-Hay dos tipos de cultura: la de la ‘c’ es la correcta y la de la ‘k’ es la incorrecta. Nosotros somos incorrectos y pertenecemos a la ‘k’, que resume nuestra actitud mucho mejor, ja, ja…
“Todo lo ke kalkulo” tiene su videoclip. Siempre procuráis hacer varios. Le dais mucha importancia a este formato, ¿verdad?
Eli K: Todo suma para llegar a la gente y el videoclip es una buena herramienta, que les entre por la vista para llegar a su corazoncito.
El vídeo os ha quedado genial. Siempre os lo curráis mucho en lo visual, suelen ser clips divertidos y amenos de ver. Contadnos sobre la idea y realización de este último.
Eli K: Nos aburren los videos en los que sólo aparecen los músicos tocando. Nos pasa como con las canciones, nos gusta que la gente lo pase bien. La historia de “Todo lo ke kalkulo” es real. No me ocurrió a mí, pero sí a mis colegas, y esa historia la vivimos en la canción y el vídeo como una prolongación suya, como si fueran ellos y ellas.