Seguimos dando visibilidad a esos músicos, que, con su voz, consiguen erizarnos la piel. El monográfico “Cantantes de nuestro rock” crece en favor de querer unir a estas rockeras y rockeros de nuestro “rollo” en un sólo espacio. Esta vez viajamos virtualmente a la tierra que tanto me ha dado y que admiro por todo lo vivido y aprendido durante muchos años.

Euskadi también ha sido y es nicho de músicos, formaciones de todos los estilos que conviven hasta nuestros días, a pesar del cambio o la dirección fomentada por las nuevas generaciones, que musicalmente hablando premian las copias por encima de lo original. Sin embargo, no por eso dejan de aparecer grupos e iniciativas musicales. Músicos de la vieja escuela se mezclan con los nuevos, continuando esa lucha en favor de un sonido que sigue estando poco defendido por los medios de comunicación generalistas.

Es un placer acercaros a un cantante que he seguido desde sus inicios. Incluso en la actualidad compartimos amigos en común, aunque él quizás no lo recuerde (¡o quizás sí!). Acaba de presentar el nuevo y flamante disco de su banda Ad Eternum. Le doy al play del reproductor musical mientras escribo estas palabras, sonando de fondo la canción de este primer larga duración, dedicado a esa enfermedad llamada Alzheimer. Se titula “Guardián entre las sombras” y en él me he inspirado para titular este modesto artículo. Nos vamos entonces hasta un pueblo del País Vasco llamado Ermua, que es donde empieza la carrera artística de Patxa.

Tira Patxa, ongi etorri metalaren mundura

Con más de 15.000 habitantes, la noble villa anteriormente mencionada siempre ha sido un nicho de amantes del Heavy Metal. Históricamente -y que sirva a modo de anécdota-, contaba con un buen nutrido número de seguidores de la banda madrileña Muro en aquellos tiempos de gloria, llegando incluso a saltar como noticia en los medios del momento. Allí nuestro Silver siempre era y es bien acogido como una pieza fundamental y querida entre aquellos/as que disfrutamos de la cultura rockera.

La tónica de aquellos tiempos que no volverán era la de todos los metaleros que organizaban autobuses para ver a sus bandas preferidas en Madrid. En paralelo nuestro protagonista -que seguramente sería uno de esos hermanos del Rock-, en el año 1986 empezaba a despuntar y con fuerza con una banda llamada Metralla, compuesta por cinco amigos que después cambiaria su nombre por el de Aftershock.

Ensayo tras ensayo, siempre con la idea de poder tocar en vivo. No dejaron la oportunidad de hacerlo en su primer directo con su banda. El sitio fue La Rioja -más concretamente Cenicero-, donde dejaron un buen recuerdo y más para su cantante, que no se esperaba lo que estaba por venir en su pueblo natal. Una buena manera de valorar al musico, a la persona en sí, a la que está encima de un escenario es corear su nombre propio hasta la saciedad. Trescientas almas metaleras rugían sin cesar ambos nombres en plena década álgida de los ochenta: “Patxa, Patxa, Aftershock, Aftershock”.

Sin duda, aquel momento quedó en el recuerdo de este cantante, que empezó con muy buen pie su devenir por el mundo del Heavy Metal. Un impulso de adrenalina y subidón le llevó a meterse en los estudios Amadeus (Donostia) para grabar la primera maqueta. También llegaron a registrar una canción en Lorentzo Records -de Berriz-, dando paso al aprendizaje.

Clases de canto, colaboraciones en la ópera y nuevos retos

Metidos ya de lleno en los años que comprenden desde 1991 hasta 1995, la prestigiosa soprano Ángela Zabaleta Aizpitarte se encargó durante cinco años de modelar esa voz y sacar lo mejor de este futuro “voceras”. En paralelo, Patxa pasó por el Conservatorio de Música Juan Bautista de Eibar, donde cursó estudios sobre música entre los años 1993 y 1994.

Fueron cinco años en los que la actividad de nuestro cantante cogía velocidad de crucero, dedicando su tiempo no sólo a los estudios, sino también a colaborar con actividades fuera del Rock. Su participación en el certamen de zarzuela y ópera celebrado el tres de abril de 1993 en el teatro de su querido Ermua -junto al barítono Luis María Izaguirre y el tenor donostiarra Carlos Munguía- le sirvió para adquirir más experiencia en otras facetas que él mismo ni siquiera se hubiese imaginado.

En constante actividad, sus ganas de seguir y sentirse más dentro de los entresijos musicales le llevaron a mirar en otra dirección: la composición. Fue en los años 1995 y 1996 cuando decidió tirar por ese lado, arreglando y componiendo para otros grupos. El guitarrista madrileño Miguel Ángel Ortiguela, líder del grupo Al Borde, también estuvo interesado en las labores vocales de nuestro anfitrión. En aquel momento, la vida personal de Patxa no le dejaba estar muy lejos de su familia. Eso le frenó a la hora de aceptar la proposición lanzada por parte de Miguel Ángel. Aun así, se comprometió en trabajar en la producción, grabación y composición de los temas, para finalmente terminar poniendo su voz en el disco oficial.

Por otro lado, a quien fue arreglista, pianista y compositor de Raphael allá por los años 1998 y 1999 se le ocurrió formar una academia de cantantes de diferentes estilos a nivel estatal, con la idea de formar diversos grupos. ¿Por qué habría de fijarse en uno de los nuestros? Ese momento fue un punto y aparte en la trayectoria de Patxa, motivado por probar otros estilos. El proyecto no llegó a formalizarse del todo, ya que éste se alejaba mucho de su forma de entender la música. Aun así, nada le impidió grabar una maqueta con cinco temas.

Y llegaron los proyectos musicales

Vaya que sí. Su imagen y su buen hacer con el micrófono corrían como la pólvora en los corrillos musicales de Euskadi. Extinguida esa banda que le dio la oportunidad para subirse a un escenario, Patxa entró a formar parte de un proyecto de Bilbao llamado Defcom, con el que llegó a grabar una maqueta autoeditada. Pero antes ya había pasado por una conocida formación de Vitoria llamada UTM (Un Trago Más), que en aquel entonces tenía un disco en la calle.

La lista de grupos que requerían los servicios de este activo vocalista se iba haciendo larga hasta que cayó en las riendas de una banda que cualquier rockero/a seguramente recordará. De nombre Valhalla, ahora sí, creo que se trata de la formación definitiva en la que nuestro invitado aprendió, disfrutó y se hizo un hueco como uno de nuestros cantantes de Heavy Metal. Embarcarse en este proyecto le llevó de gira por todo el país, compartiendo escenario con grandes nombres de la escena nacional e incluso internacional, como Axxis, Gamma Ray, Riot o Metal Church.

Este padre de dos hijas de 20 y 22 años, amante del deporte, el cine y el teatro es fan incondicional tanto de las voces como de las bandas en la que se integran, como los casos de Eric Adams, Rob Halford, Freddie Mercury, Ronnie Atkins o Michael Jackson.  

Su antiguo compañero Chefy -de los propios Valhalla- fue llamado a filas y ocupó el puesto de bajista, ya que Iván Valdemoros decidió dejar la formación por temas laborales. Son cuatro discos los que se llegaron a grabar: ‘Beyond the Underworld’ (2000), ‘Once Upon a Time’ (2001), ‘Nightbreed’ (2003) y ‘The Aftermath’ (2005). En el año 2010 decidieron dar por cerrada una etapa musical que brilló con luz propia, dando paso cada uno de sus componentes a otros proyectos como El Reno Renardo, Los Cojones… Patxa también participó en el tributo a la mítica banda madrileña Pánzer, grabando la canción “Dios del Rock”.

Fue entre los años 2004 y 2009 cuando se unieron a la lista de colaboraciones de este imparable musico los gallegos Trashnos en la canción “DKdencia” de su disco “Alen”, Soulitude -nada más y nada menos que seis canciones del proyecto de su ex-compañero Jevo- y la formación cántabra La Hermandad con su tema “Grito al viento” de aquel trabajo llamado “Reflejos de Realidad II”.

También compartió tablas con el guitarrista Javier Ochoantesana en su banda Adgar. Ocupó así el legado de otra de las mejores voces de este país hasta ese momento, el quizás poco valorado Ángel Rubín. Juntos defendieron en aquella época la gira del recopilatorio “Fuente de la Vida Eterna”. 

La actualidad más personal

Full Metal es el nombre del proyecto que germinó en esa actual y siempre gran banda que es Ad Eternum. Corría el año 2015 cuando Patxa entró en las filas de esta iniciativa de versiones metaleras. Nuestro protagonista impuso una única condición para hacerse cargo del micrófono. La cuestión era que en dos o tres años se derivara en un grupo nuevo con temas propios. Un punto muy a favor por parte de un músico que sabe lo que quiere. El vocalista entiende que eso de versionar está bien para aprender, aunque hoy en día está de moda tocar temas de otros y no pasar por caja. Ojo, que no quiero decir que ellos lo hicieran, tampoco lo sé.

Polémicas aparte, el caso la apuesta se hizo toda una realidad para los amantes del puro Metal. Justo ahora mismo subo el volumen con otra canción de aquel primer disco llamado “Dogma”, publicado en 2018. En este caso escucho “Caballero inmortal” y se me ponen los pelos de punta. Brutal, me emociono y todo. Su segundo trabajo estuvo disponible el pasado 8 de diciembre en las plataformas digitales, y ocho días después llegó en formato físico a través del sello Demons Records.

“Creando Sueños”, con diseño firmado por Kepa Hernández, consta de nueve temas. Uno de ellos se hizo visible como single el pasado mes de marzo: “Chica mala”. El resto de títulos queda de la siguiente manera: “Armaggedon”, “Diablos del mar (Intro)”, “Jolly Roger”, “Dueña de tu vida”, “Creando sueños”, “Guerrero de las tinieblas”, “Estalla el Heavy Metal” y “Dueña de tu vida” (bonus track-Radio Edit) Ha sido grabado en los Chromaticity Studios del siempre fuera de serie y master Pedro J. Monge (Vhaldemar), que ha dado al redondo de los vascos ese brillo característico marca de la casa.

Como primicia, sabemos que a lo largo de 2023 quizás tengamos disponible su primer disco en solitario. Sin objetivo marcado, sin barreras, pero entendiendo el paso como la base de lo que será otro salto más para esta voz inquieta. ¿Nos sorprenderá con alguna colaboración con uno de esos vocalistas de referencia que han sido los culpables de que a día de hoy Patxa sea uno de los “Cantantes de nuestro Rock”?

Patxa ahots bat itzaletan

José Ramon Nieto “Kema Púas”

“Escuchar música te hace ser mejor persona y te limpia el alma. Si es Rock, mejor”.