Hace no demasiados años, la madrileña sala Rock Palace se significó como pionera en la organización de pequeños festivales dirigidos a los hijos e hijas de las familias rockeras. Aquellos primeros espectadores abrieron el camino a las matinales de conciertos de Rock con acceso libre para los niños y niñas. Que nosotros recordemos, fue una fiesta de Halloween en la que tocaron los vallecanos Motociclon la que abrió esta alternativa del ocio dominical compartido entre dos generaciones de una misma sangre.

La experiencia de que padres, madres y niños/as compartieran unos mismos gustos musicales no resultó fácil desde el principio, ya que muchas veces los chavales no sabían ni cómo reaccionar ante el volumen del sonido o los ritos propios de la música en directo. Muchos iban cariñosamente «dirigidos» por sus mayores, siempre entusiastas ante la posibilidad de transmitir una herencia cultural tan rica y apasionada.

Sin embargo, la fórmula ha evolucionado en positivo y se ha ido desarrollando de una forma muy natural y desenvuelta, como corresponde a una infancia con progenitores tan «enrollados». Del formato club se pasó a la Gran Vía madrileña y el éxito de público provocó que muchos aventureros del negocio de la música en España hicieran sus pinitos en el montaje de conciertos de versiones para niños.

También en este campo se produjo un cisma entre los papá y mamás hipsters, que desarrollaron sus propios eventos, mientras que en el Rock más clásico ha sido Rock en Familia la organización que ha logrado asentar su propuesta con garantías de continuidad. Cada domingo por la mañana dan salida a las versiones adaptadas de todo el árbol genealógico del Rock que nos gusta, desde Beatles a Metallica, pasando por AC/DC, Bon Jovi, Bruce Springsteen o U2. Ya resulta fácil ver programados sus espectáculos fuera de la capital, en otras grandes ciudades como Barcelona, Valencia o Bilbao.

Tal está siendo el éxito de Rock en Familia que, en una línea de desarrollo empresarial muy tentadora -no olvidemos el dinero que mueve el jugoso mercado de consumo infantil-, el siguiente paso de la marca es la edición de libros para niños, con los que leer un cuento antes de dormir. Su estreno editorial se titula «Descubriendo a AC/DC» y no hace falta contar cuál es su argumento…, conocido ya hasta por tu jefe en la oficina.

Leo Cebrián Sanz